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Rafa Ortiz es uno de los pocos mexicanos en el kayak y estrella de ‘Chasing Niágara’

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Rafa Ortiz acepta que aún tiene miedo cuando practica el kayak. Al fin de cuentas, bajar una cascada de varios pies de altura con una canoa no es algo sencillo, especialmente cuando nunca es 100% seguro que no existe una piedra en el camino o sobre la profundidad exacta del agua abajo de la cascada.

“Siempre que hago algo que me saca de mi zona de confort me da miedo. Pero lo más fácil es no hacerlo”, dice Ortiz, de la Ciudad de México. “Para mí sería fácil seguir haciendo kayak en el mismo río de siempre y cosas sencillas, pero siempre es importante probar los límites”, agrega este joven de 29 años.

“Es una mezcla de naturaleza, adrenalina y aventura”, describe Ortiz el descenso de una cascada.

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“Lo que me ha enseñado este deporte es escaparme de la rutina, de lo que la gente hace normalmente, y eventualmente se convirtió en mi profesión”, dice nuestro entrevistado, quien dejó su título de ingeniería mecánica para dedicarse al kayaking.

Hace siete años comenzó a ser patrocinado por Red Bull, lo cual le abrió muchos horizontes. Ortiz calcula que es uno de los escasos 100 atletas que practican kayak en México.

El capitalino es el protagonista de “Chasing Niagara”, un documental que narra el sueño de Ortiz de descender en las cataratas citadas, de 150 pies de altura, en la frontera entre Estados Unidos y Canadá; es una actividad ilegal y que le podría costar la vida.

El trabajo fue costeado por Red Bull y ha tenido comentarios positivos. Actualmente es el documental más descargado por los usuarios de iTunes.

El documental cuenta como Ortiz se prepara para una de las locuras más grandes en el deporte extremo. De las 15 personas que lo han intentado utilizando algún tipo de objeto desde 1901, cinco han muerto.

Para lograr el plan, Ortiz se une a Rush Sturges, uno de los maestros del kayak, quien es también director del documental. Tras estudiar al Niagara, Sturges decide que la misión no es para él, pero acepta entrenar y ayudar a Ortiz.

“Rafa es una buena persona, siempre puedes confiar en él. Me gusta estar rodeado de gente buena. Es difícil encontrar alguien bueno y talentoso, y Rafa es ambos”, dice Sturges. “Tenía la presión de que si algo salía mal, iba a cargar con ello por el resto de mi vida”.

Los entrenamientos los llevaron a Veracruz, Chiapas y Palouse Falls, donde existe una cascada de 189 pies de altura. Aunque es más alto que su meta, el Niagara es más peligroso por su volumen y corriente de agua.

Durante la preparación, Ortiz se enteró del castigo que recibiría en el muy probable caso de ser atrapado por las autoridades: no podría volver a Canadá, probablemente pasaría un tiempo en la cárcel y sufriría una multa de $10,000. En el peor de los casos, moriría en el intento y sus compañeros encararían cargos de asesinato involuntario y negligencia criminal.

La idea de las cataratas del Niágara se inició en 2010, y luego de cuatro años, Ortiz y Sturges parecen más maduros; al final, esa misma madurez afecta el resultado de la aventura.

“Es un film que se hizo por sí solo. Se trata de crecer, de enfrentar decisiones y de tomar la decisión correcta. Cuando comenzó esto éramos una personas determinadas, y ves cómo cambiamos con el paso del tiempo”, expresa Sturges, quien duró tres años en la producción y dos en la posproducción.

El Dato

Qué: Chasing Niagara

Dónde: cines selectos y iTunes

Más información: chasingniagara.com

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