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OPINIÓN: Bienvenidos a L.A., pero es hora que los Rams se pongan a trabajar

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Bienvenida otra vez NFL. Bienvenidos a casa Rams, y tal vez, Chargers.

Ahora todos pónganse a trabajar.

Vale la pena celebrar el voto que tomaron los dueños de la NFL que aprobó el retorno de este pasatiempo nacional a Los Ángeles después de una ausencia de 21 años.
Me parece perfecto que el primer equipo que va a regresar será los Rams, nuestro primer campeón profesional, nuestro primer amor.

Se me hace interesante que los Chargers, que nacieron aquí, tienen el visto bueno para posiblemente convertirse en el segundo equipo en habitar el palacio deportivo que esta propuesto para ser construido en Inglewood.

Pero queridos amigos del futbol americano, esta ciudad no monta desfiles simplemente porque están aquí.

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El panorama deportivo alrededor del área angelina ha cambiado dramáticamente durante las últimas dos décadas, y hay algunas cosas que deben saber.

Para empezar, no les pedimos que regresaran. Tal vez nos quejábamos en ocasiones durante las semanas de Super Bowl, pero nunca sostuvimos grandes manifestaciones o mandamos cartas sentimentales o llegamos a extrañarlos mucho. Jugamos Fantasy Football , vemos todos los juegos por DirecTV, vamos a Las Vegas para apostar en los partidos. Estamos muy metidos con la NFL sin tener un equipo jugando aquí.

¿Futbol en vivo? Nos hemos vuelto a enamorar con los programas de futbol americano estilo profesional de USC y UCLA. Solo miren los números en cuanto a asistencias.
¿Domingos? Hemos estado bien viendo a los Dodgers los domingos por las tardes en el otoño y los Lakers los domingos por las noches durante el invierno.

También, no les estamos pagando para regresar. A cada lugar que han ido, en agradecimiento, la gente local les ha dado algunos billetes para que llegaran, pero aquí no, probablemente es por eso que les tomó 21 años para regresar.

No abrimos nuestras chequeras municipales o nos pusimos de acuerdo para pagar impuestos especiales como algunas de esas ciudades chicas.

Estamos suficientemente sofisticados para entender que ustedes no son un hospital o un departamento bomberos, y que la gente multimillonario no necesita ayuda para financiar sus fiestas futboleras.

Entonces, entiendan que están aquí porque quieren estar aquí y porque creen que pueden hacer dinero aquí, no porque alguien se estaba muriendo por verlos de regreso aquí.

Considérense afortunados de estar de nuevo en nuestro terreno. Y mientras estén aquí, tendrán que seguir tres simples reglas:

Tienen que ganar y gustar. Tienen que hacer estas dos cosas de una manera decente e integra para que nos podamos sentir cómodos mientras soportamos las largas filas de tráfico y para los baños, y las grescas en los estacionamientos solo por querer verlos jugar.

Hemos hecho esto en Dodger Stadium, el Rose Bowl y el Coliseo, y lo haremos con ustedes. Pero se lo tendrán que ganar.

Tendrán que tomar como ejemplo el caso de Frank McCourt. El exdueño de los Dodgers trató de vernos la cara y lo corrimos de aquí.

Tendrán que aprender del caso de Donald Sterling. El exdueño de los Clippers nos produjo muchas verguenzas y por eso lo ignoramos por años, hasta que la NBA finalmente lo sacó de la ciudad.

La NFL ha hecho mucho dinero gracias a que muchos la siguen devotamente pero aquí no pensamos así.

Seguir los deportes no es nuestra obligación, son nuestro entretenimiento y cuando la diversión se acaba, paramos de asistir. Si pierden, nos vamos. Si no nos toman en cuenta, nos vamos.

No les debemos porras, hasta Kobe Bryant ha sido abucheado aquí. No les debemos un amor incondicional. Los Dodgers han conquistado tres títulos divisionales al hilo pero su imagen ha sido golpeada debido a que su grupo de propietarios se rehúsa a arreglar un contrato televisivo que tiene a la mitad de su afición sin poder ver al equipo por la televisión.

Tener a la NFL de regreso es como cuando un familiar querido retorna sin hacer mucho ruido tras conseguir fama y dinero. Ahora que ha regresado quiere que todos se vayan de fiesta con él.

Cuando los Rams se marcharon, eran vistos como una institución local bastantemente amena. Los Rams que van a regresar serán un cajero automático para su reservado dueño Stan Kroenke, y también es un equipo que no ha clasificado a los playoffs en los últimos 11 años.

La evolución de los Rams se ha asemejado a la de la liga. La NFL se ha vuelto en uno de los negociosos más grandes y fríos. Es administrada por dueños que han minimizado el abuso doméstico, que han encubierto los efectos de las conmociones cerebrales y que manejaron de una manera incorrecta las acusaciones legítimas de trampa en contra de su jugador más celebrado, y todo esto ha sucedido en los últimos años.

Pero aquí hay mucho potencial porque la NFL reúne a la comunidad. Solo pregúntenles a los abrigados aficionados que soportaron temperaturas bajo cero este último fin de semana en Minnesota.

La NFL se ha convertido en una experiencia única en el mundo de los deportes que une a las multitudes. Tiene la habilidad de conectar a los vecindarios más diversos dentro de una experiencia semanal que para los aficionados más apasionados se ha convertido en una costumbre sagrada. Es igual de impactante ver un juego en vivo que por la televisión. Es dueña de todos los domingos entre septiembre y febrero. A comparación de los atletas de otros deportes, sus jugadores son vistos como superhéroes con cascos. La NFL es dueña del firmamento deportivo de cada comunidad en donde existe.

Y tal vez, algún día, aquí también. Pero no va a ser fácil.

Con el simple hecho de dejar rodar balones sobre el césped del Coliseo, los Rams y los Chargers no deben de esperar que todos se rindan a sus pies y paguen $150 por el privilegio de verlos.

Los Lakers y los Dodgers son los amos de este lugar, los equipos de futbol americano colegiales son gigantes aquí y nadie produce más dramatismo que los Clippers. En los pasados 21 años Los Ángeles se ha convertido en la ciudad deportiva más interesante del país sin la ayuda del pasatiempo nacional.

Bienvenida otra vez NFL. Ahora demuestranos que la espera de varios años valió la pena.

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