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Atletismo: lo histórico y apasionante de la medalla de oro de la colombiana Caterine Ibargüen

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La colombiana Caterine Ibargüen lo prometió, llegó, saltó y conquistó la medalla de oro en el salto triple femenino de las Olimpiadas de Río 2016, respondiendo al desafío que le planteó la venezolana Yulimar Rojas, quien obtuvo la medalla de plata.

Fue otra exhibición de la atleta que se ha convertido en la más dominante del mundo y que puso broche de oro a cuatro años en los que arrasó en la prueba de salto triple con el único objetivo de subir a lo más alto del podio olímpico tras la medalla de plata conseguida en Londres 2012.

La presea es el primer oro en atletismo en la historia para Colombia, mientras que la de Rojas es la primera para Venezuela en las prueba de pista y campo.

Fue un contrapunteo apasionante entre las dos atletas sudamericanas, que habían llegado a los Juegos Olímpicos con los dos mejores registros del año, separadas por tan sólo dos centímetros.

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Pero en el estadio olímpico apareció la experiencia de Ibargüen, de 32 años, para responder al desparpajo de Rojas, de sólo 20.

La colombiana tuvo un salto inicial de 14,65 metros, un intento decente que la colocó en tercer lugar a ocho centímetros de los 14,73 metros de la líder provisional, la kazaja Olga Rypakova, quien fue medalla de oro en Londres y que ha sido la única capaza de derrotar a Ibargüen desde entonces.

Fue en julio, en la reunión de atletismo de Birmingham en Inglaterra, donde se cortó la racha de 34 triunfos consecutivos de Ibargüen, que incluyó dos títulos mundiales, y en la que se rompió su aureola de imbatibilidad.

El primer intento de Rojas fue flojo, de 14,32 metros, y su segundo fue anulado, con lo que se le escapaba la posibilidad de pelear por una medalla. Pero respondió con un enorme salto 14,87 metros en su tercera oportunidad.

Para entonces ya Ibargüen se había colocado como líder al superar la barrera mágica de los 15 metros.

Con las dos sudamericanas en los dos primeros lugares aumentó la tensión.

La venezolana mejoró su distancia hasta los 14,98 metros, quedando a sólo cinco centímetros de su rival colombiana.

La progresión de Rojas en la final estaba yendo a la par de lo que ha sido su vertiginoso ascenso a la élite del atletismo en los últimos doce meses, dejando en evidencia que el título era una posibilidad real.

Fue aquí cuando apareció lo mejor de Ibargüen, quien ante la presión consiguió su mejor salto de la noche, 15,17 metros, demostrando que no iba a dejar escapar el oro olímpico.

Rojas lo volvió a intentar, consiguiendo un 14,95 metros en su último salto, pero la distancia que la separaba era inalcanzable. Por ahora.

“Era mi mayor sueño”, dijo la atleta colombiana. Es muy probable que los de Río sean sus últimas olimpadas.

El relevo, sin embargo, parece asegurado y podría quedar en Sudamérica con la venezolana Rojas, que en ausencia de Ibargüen ganó en marzo en el Mundial de pista cubierta.

“Esto es muy grande, fantástico, fruto de mucho trabajo. Era la novata, pude que sea joven, pero tengo una medalla olímpica”, dijo Rojas.

El bronce fue para Rypakova, de Kazajstán.

Nota publicada en BBC Mundo.

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