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Campos: sueños y aspiraciones de niños africanos

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Después de todo lo que os he contado a lo largo de estas semanas quizás os preguntéis que clase de sueños y aspiraciones tienen los niños africanos. En definitiva, qué futuro les espera.

La mayoría de mis niños cuando yo llegué, no sabían lo que querían ser de mayores, otros querían casarse y tener hijos. Ahora les gustaría ser pilotos de avión, futbolistas o profesores de español. Tienen ilusión y esperanza. Creen que pueden cambiar su futuro predestinado. Estoy satisfecha si de alguna manera les he transmitido un poco de fe, si les he abierto una puerta que antes no existía. Ellos, desde luego me la han dado a mí. Me han demostrado que la felicidad reside en uno mismo, no en los demás. También que todos los niños no tienen la suerte de tener una familia que les quiera. Ni tan siquiera lo más básico: comida, cobijo y ropa. Por si fuera poco, nadie se queja y sus rostros reflejan felicidad. No sé si es por desconocimiento, resignación o porque no necesitan tanto para ser felices.

Shakyra, tiene 9 años y es una de mis futbolistas. Tiene claro que quiere ser como Abby Wambach. Les he hablado sobre algunas de las futbolistas más importantes del mundo y ahora algunas de mis niñas tienen un nuevo sueño. Algo que ni siquiera sabían que podría existir.

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Braian, un futbolista de 22 años, sueña con ser rico. “¿Por qué?” le pregunté. “Porque me gusta el dinero. Quiero tener mucho y estar rodeado de él”. Es la primera vez que oigo a alguien decir eso. Normalmente, la gente quiere el dinero para comprar algo, no para amontonarlo. Creo entender sus razones. En un país, en el que apenas puedes sobrevivir, cada céntimo es muy pero que muy importante.

Para nosotros es diferente. Tenemos más de lo que necesitamos y por eso, la mayoría sabemos que el dinero no da la felicidad.

Siendo honesta conmigo misma, no sé si sentirme mal por ofrecerles una “casi imposible” ilusión o contenta por hacerles creer que pueden conseguirlo. En un país donde no hay trabajo, donde las enfermedades matan cada año a miles de personas y donde una mujer futbolista es una vergüenza para su familia. Es muy difícil conseguir que los sueños se cumplan. Yo creo que todo es posible y no seré yo quien les quite esa ilusión.

Mi sueño sería que todos los niños africanos tuvieran acceso al deporte. Que lo pudieran practicar libremente y sin amenazas; que tuvieran material y ropa deportiva; que tuvieran campos de futbol en buenas condiciones. Pero supongo que solo es un sueño.

#SoñadorasdeSueños @Pcamdom

(En la última foto, Aivan aparece con su amigo Hassan, compartiendo sus botas de futbol. Es decir, entrenaron con tan solo una bota cada uno. Increíble. Tengo mucho que aprender).

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