Anuncio

UFC 200 se destacó por tener duelos pocos vistosos y predecibles

Share

La cartelera de UFC 200 terminó siendo una función que quedará en el olvido de los aficionados… y por buenas razones.

Su suponía que la edición 200 de la cartelera de Pago por Evento de UFC iba a ser una de las mejores, con duelos espectaculares y dignos de los $60 que los aficionados iban a pagar. Pero las contiendas armadas por el presidente de UFC, Dana White, no cumplieron con al expectativa, con excepción del enfrentamiento entre Jose Aldo y Frankie Edgar.

Una de las contiendas fue una mala idea desde un principio: el duelo de Anderson Silva ante Daniel Cormier, pues el brasileño de 41 años de edad no estaba en condiciones físicas para asumir un duelo en contra de ‘DC’.

Anuncio

Otros duelos fueron afectados por el pobre desempeño individual de algunos peleadores, como Miesha Tate, Mark Hunt y Travis Browne.

Para defensa de los organizadores, UFC 200 fue víctima de lo impredecible del deporte... y la cartelera comenzó a debilitarse desde el año pasado.

Recordemos que Ronda Rousey estaba destinada a enfrentar a Holly Holm en una mega revancha, probablemente la pelea más grande en la historia de UFC, pero la derrota de Holm ante Tate arruinó todos los planes.

Luego, Conor McGregor debería de enfrentar a Aldo en una esperada revancha de su duelo en diciembre pasado pero el irlandés cayó sorpresivamente en su intento de invadir otra división cuando fue sometido por Nate Díaz. Entonces White programó la revancha McGregor-Díaz pero el irlandés fue castigado y sacado de la cartelera de UFC 200 por el mismo presidente de la compañía por no presentarse a una cita con los medios.

Entonces, White programó la revancha entre Daniel Cormier y Jon Jones solamente para saber que Jones había dado positivo a un examen antidoping tres días antes de la pelea. White entonces no tuvo de otra que aceptar la propuesta de Silva, con solamente dos días de anticipación.

Pero el compromiso de Cormier y Silva resultó en una pelea muy dispareja debido a que Silva, obviamente no estaba listo y él mismo aceptó que no había entrenado desde que recibió una operación de vesícula biliar.

Cormier, quien recibió $500,000 en lugar del $1 millón que hubiera recibido ante Jones, llevó a Silva a ras de piso, para una pelea aburrida que dominó de principio a fin, aunque recibió el abucheo de los aficionados. Silva, además de los $600,000 que ganó, también se llevo la simpatía de la gente por tomar la pelea con dos días de anticipación, y además logró que White le “deba un favor” por sacarlo del apuro.

El resto de la cartelera estuvo llena de decepciones individuales.

Browne, clasificado seis en UFC, no fue rival para un Caín Velásquez demoledor. El de Hawai nunca estuvo a la altura del mexicoamericano y desaprovechó una oportunidad importante por la corona. Todo lo contrario, Velásquez pidió al ganador del duelo entre el campeón de peso pesado Stipe Miocic y el retador Alistair Overeem, cita programada para el 10 de septiembre.

Otra que no cumplió fue la campeona de peso gallo, Tate, pues en su primera defensa fue derrotada por Amanda ‘La Leona’ Nunes. Tate recibió un golpe fuerte en el primer asalto y eso fue suficiente para que Nunes la conectara a placer y luego la sometiera con una guillotina.

“Sé que Amanda comienza rápido y jugué con fuego un poco”, dijo Tate, quien salió a la conferencia de prensa a pesar de tener la nariz fracturada.

Otro que decepcionó fue Hunt en su duelo ante Brock Lesnar. Hunt estaba clasificado número siete y disputó la corona de UFC en 2014, aunque no pudo hacer mucho ante la buena defensa de Lesnar y la distancia que guardó la estrella de WWE. Lesnar fue estratégico en su victoria, aunque tampoco fue vistosa.

El único duelo de la noche que cumplió con la expectativa fue el segundo duelo entre Aldo y Edgar. Aldo venció a un muy difícil Edgar, que había mejorado desde que ambos pelearon la primera vez en 2013 y que había acumulado cinco victorias al hilo. Aldo superó con velocidad al veterano Edgar y conquistó el título interino, para encaminarse a una revancha ante McGregor.

Al final de la noche, los empleados de UFC, incluyendo el mismo White, apagaron las luces del T-Mobile Arena como los padres de una quinceañera, agradecidos que la esperada fiesta finalmente había terminado.

Anuncio