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Exjugador mexicoamericano del Galaxy llega a la Bundesliga tras meteórico despunte

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Un par de semanas puede ser todo lo que un jugador de futbol necesita para que su carrera cambie de rumbo.

Para el joven mexicoamericano Alex Méndez esto le sucedió el verano pasado cuando anotó su primer gol como profesional con el Galaxy II mientras que también guiaba al equipo Sub-17/18 del club hacia la final del campeonato de academias de desarrollo de U.S. Soccer.

Pudo ser algo embriagante para un chico que contaba con apenas 17 años de edad. Pero sin haber vivido lo que vivió en el verano, tal vez lo que le pasó a finales de noviembre no hubiera ocurrido.

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Méndez anotó los tantos de Estados Unidos en lo que fue una victoria de 2-0 sobre México, la cual significó el pase al próximo Mundial Sub-20.

Si no hubiera sucedido esto, el talento del chico angelino quizá se hubiera quedado como un secreto entre los entrenadores de las fuerzas básicas del Galaxy por un tiempo más.

“Es un jugador de clase mundial”, dijo Curt Onalfo, el exentrenador del Galaxy II quien fue técnico auxiliar con la selección Sub-20. “Podría jugar en cualquier parte del mundo. Este chico es especial”.

Y no hay duda de que, desde junio, Méndez ha sido bastante especial.

Fue cuando comenzó una prolífica racha goleadora que no solo lo llevó a coronarse como el mejor jugador del torneo Sub-20 de la Concacaf celebrado en Bradenton, Florida, sino que también lo llevó a conseguir un contrato en el futbol europeo.

A tres meses de cumplir los 18 años, una edad en la que muchos de sus excompañeros del sur centro de Los Ángeles se encuentran lidiando con su último año de high school, Méndez está por empezar a entrenar en Alemania.

Rechazó una propuesta tardía del Galaxy para firmar con el SC Freiburg de la Bundesliga tras ser titular en solo seis partidos a nivel profesional.

“Es un jugador especial”, contó Tab Ramos, el timonel de la selección Sub-20, al portal de U.S. Soccer hablando sobre su pupilo. “Tiene un gran motor, buenos pies y está dispuesto a hacer lo que sea por el equipo”.

“Alex es un ganador”, agregó Ramos.

Momento clave

Méndez cree que tal vez fue un tiro libre que cobró durante un juego de la academia, en julio, lo que le dio la confianza que necesitaba para dar el salto de calidad en su carrera.

Jugando con el Galaxy Sub-17/18 en un cotejo que estaba empatado a cero ante Vancouver en los tiempos extras, Alex se detuvo por varios segundos antes de cobrar el tiro a 20 yardas de distancia de la portería.

“Es ese momento… estas metido de lleno al partido. Solo eres tú y el balón”, expresó Méndez.

Cuando finalmente lo ejecutó, mandó un bárbaro disparo de izquierda que se estrelló en un defensor de la barrera de los Whitecaps y que luego terminó de rebote en la red. El Galaxy avanzaría a la final de la academia de desarrollo con el tanto.

Ramos estuvo presente en el cotejo y después visitó el hogar de Méndez para hablar con su madre, Alma Lagunas. Quería contarle qué tan especial era su hijo.

Sin embargo, debido a su físico, no era fácil percibir a Alex como tal. Su rostro luce bastante infantil y lo hace ver más joven de lo que es. Y su poca corpulencia —generosamente está registrado con 147 libras de peso y una altura de cinco pies con 10 pulgadas— no es muy intimidante.

Su gol ante Vancouver fue su quinto en la misma cantidad de juegos. Seis si se toma en cuenta su primer tanto como profesional, el que marcó ante Seattle en un choque de la USL.

Más de la mitad de sus anotaciones fueron en jugadas de balón parado.

Fueron los tipos de tiros que Méndez, un mediocampista ofensivo, practicaba sin fín cada noche mientras esperaba que lo recogieran de la academia del Galaxy en Carson.

“Cada vez que se perfila para ejecutar un disparo, esperas que entre la bola”, señaló Onalfo. “Hace lo mismo durante cada entrenamiento”.

Un camino bien forjado

Aunque el éxito del que esta disfrutando a nivel de selección es algo nuevo, su dedicación no lo es.

Tuvo que superar muchos obstáculos.

Su tío Armando fue la persona que lo introdujo al futbol. Lo llevó a jugar a un parque de su vecindario cuando apenas empezaba a caminar. A los cinco años lo inscribió en su primer equipo organizado. Méndez luego se unió a las fuerzas básicas del ya desparecido Chivas USA, en donde fue parte de una talentosa camada de jugadores que incluía a su compañero con la Sub-20, Ulysses Llanez, y al seleccionado de la Sub-17 de México, Efraín Álvarez.

“Desde el principio, no existía ninguna duda sobre su talento”, dijo Sacha van Der Most van Spijk, el exdirector de las fuerzas básicas de Chivas USA.

Cuando el rebaño estadounidense dejó de operar tras la temporada de 2014, los mejores jugadores de su academia siguieron al entrenador Brian Kleiban y se unieron al Galaxy.

Méndez contó que la intensa competencia que se desarrolló entre sus compañeros para llenarle el ojo al timonel, le ayudó a todos en su crecimiento.

“No nos dieron nada. Tenías que ganarte tu puesto. Siempre nos empujábamos para dar lo mejor”, indicó Alex.

Cuando dos de sus compañeros fueron invitados a entrenar con una selección juvenil de EE.UU., juró que no se iba a quedar atrás una vez más.

“Realmente no estaba pensando en ser un profesional”, explicó. “Pero me dije ‘sería genial el jugar para el equipo nacional. Si a ellos los están viendo jugar en el mismo equipo en el que estoy yo, a mí también me podrían ver’... Pero no estaba jugando, entonces nadie me podía ver”.

Ahora todos están viendo a Méndez gracias a su desempeño en el torneo Sub-20 de la Concacaf, en donde anotó ocho goles en el mismo número de juegos y se ganó el Balón de Oro como el jugador más sobresaliente del certamen.

Tras el Mundial de la categoría el próximo verano, vienen las eliminatorias para los Juegos Olímpicos de 2020. En este recorrido Méndez espera ganarse una convocatoria a nivel mayor. Pero por el momento no quiere hablar sobre si jugaría con EE.UU. o con México.

Es claro que las oportunidades que llegue a encontrarse en el camino van a forzar a Alex a tomar decisiones difíciles, como la que tomó en octubre, cuando optó por mudarse a Alemania después de que el Galaxy se demoró con su propuesta contractual.

“Es duro”, contó Méndez sobre tener que dejar su casa y país a tan temprana edad. “Lo estoy haciendo porque amo este deporte y quiero lo mejor para mí. Alemania es el mejor lugar en el que puedo estar”.

“Me alegran y agradezco estos momentos”, agregó.

Y no hay duda de que, hasta el momento, los ha aprovechado plenamente.

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