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El Tri recibe una dura lección contra Suecia y ahora le toca bailar con Brasil

(Efrem Lukatsky / AP)
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Lo sucedido la noche del miércoles en Ekaterimburgo será recordado como una de las lecciones de humildad más grandes que la selección mexicana y su afición tendrán en las Copas del Mundo.

La victoria de los muchachos de Juan Carlos Osorio por 1-0 sobre Alemania en Luzhniki Stadium elevó al Tricolor hasta los “cuernos de la luna”, para luego culminar la faena con un triunfo relativamente cómodo sobre Corea del Sur. México no había logrado dos victorias en un Mundial desde la Copa del Mundo de Japón-Corea 2002 cuando derrotó a Croacia y luego a Ecuador.

Por curiosidades de las matemáticas y del grupo complicado de México, los seis puntos logrados por los aztecas no fueron suficientes para asegurar su clasificación después de los dos partidos de la fase de grupos. Fue por eso que los dirigidos por Osorio llegaron al duelo ante los suecos con la necesidad de sacar un empate o una victoria, para evitar ser eliminados y avanzar como primeros del grupo.

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Osorio decidió utilizar la misma alineación que tanto había funcionado ante Alemania y Corea del Sur, dándole la razón a tanta gente que estaba “cansada de sus rotaciones”. El resultado fue un desastre en el Ekaterimburgo Arena.

Suecia, a base de toques de primera intención y un ataque frontal, expuso a México en el primer tiempo y culminó con tres tantos, de los que el Tri no tuvo respuesta.

La afición, que hace tres semanas gritaba “Fuera Osorio, fuera Osorio” en un partido de despedida en el Estadio Azteca, y que tras las victorias ante Alemania y Corea del Sur habían coreado “El Profe Osorio, El Profe Osorio” en Rostov, quedó sin palabras en Ekaterimburgo.

Muchos de ellos comenzaron a abandonar el estadio antes que el árbitro pitara el final del encuentro, algo que hizo recordar la horrenda goliza de 7-0 que el Tri sufrió en Santa Clara, California, a manos de Chile en la Copa América Centenario.

Ahora, México deberá enfrentar a Brasil en octavos de final el 2 de julio, en un partido con pocas probabilidades de ganar.

“Brasil tiene otras características, tiene condiciones totalmente distintas (que las de Suecia), pero de igual manera es un rival de muchísimo peligro y seguramente será candidato al título”, expresó Miguel Layún.

Si hay algo que la afición debe de aprender de la primera ronda de Rusia 2018 es que México tiene una buena selección, se ha ganado el respeto de los rusos y del resto del mundo tras su victoria ante Alemania, pero aún falta mucho para ser considerados de la elite.

Las victorias del Tricolor, aunque fueron merecidas y justas, no deben de provocar que mexicanos se desborden de alegría desmedida y hagan estupideces como el de arrojar un proyectil a la policía en el Este de Los Ángeles, o tirarse de un poste en Moscú.

La selección mexicana es un buen equipo y punto. Aún no hay material para ser campeones del mundo, tal como lo demostraron Miguel Layún y Carlos Vela con su falta de efectividad frente a la portería el miércoles pasado.

La misma afición que paga fuertes cantidades de dinero para ver a su selección cada cuatro años en los Mundiales, debe reflexionar y saber que sus jugadores no son ídolos de oro, cometen errores y no se les debe de alabar de sobremanera cuando anotan un golazo ni tampoco se les debe de “mandar a la hoguera” al no lograr los resultados.

“Es un torneo muy corto, no podemos quedarnos a pensar en lo que sucedió hoy y tampoco en quedarnos a pesar en cómo le ganamos a Alemania”, dijo Marco Fabian.

Al final de cuentas, México probablemente terminará este Mundial de la misma forma en la que ha terminado los últimos seis Mundiales: en la segunda ronda.

La manera más accesible para cambiar la historia es enfrentando a Suiza en San Petersburgo, en un cotejo que realmente tendría muchas probabilidades de ganar.

En lugar, se encuentran ante la Verdeamarelha, que quiere limpiar su nombre de hace cuatro años.

El sueño probablemente terminará el martes en Samara y muchos criticarán a Osorio cuando hace días todos los canales de televisión lo alababan de sobre manera.

De quedar en octavos de final su participación en Rusia 2018, Osorio, probablemente es uno de los entrenadores más inteligentes que ha tenido el seleccionado mexicano, pero quedará en el cementerio de entrenadores de México que han fracasado en su intento de llevar a los aztecas a la ronda de los mejores 8.

Si México queda en la ronda de los 16, sería una confirmación más de lo que su futbol realmente puede dar, algo que ni su “generación dorada” de jugadores ha podido cambiar, ni uno de los entrenadores más inteligentes que haya podido contratar el Tricolor.

“Regresamos al punto cero, no podemos quedarnos con esta derrota ni con las derrotas anteriores. Será una final para nosotros”, señaló Fabián.

El Partido

Brasil vs. México

Cuando: Sábado, 2 de julio

Hora: 7 a.m.

Dónde: Samara Arena, Samara, Rusia

TV: Telemundo

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