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Análisis:: Con Osorio, México encontró estabilidad en su área pero el resultado fue el mismo a nivel mundial

Juan Carlos Osorio.

Juan Carlos Osorio.

(EMMANUEL DUNAND / AFP/Getty Images)
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Bajo la dirección del entrenador Juan Carlos Osorio, México logró la estabilidad y la hegemonía que estaba perdiendo en el área de CONCACAF, una zona que ha crecido en la última década a tal punto que Panamá casi deja fuera al Tricolor en la eliminatoria de Brasil 2014.

Los números de Osorio con el Tri son buenos, si se toman en cuenta los partidos amistosos “moleros” por Estados Unidos, que le permitieron imponer un récord de 22 partidos sin perder hasta que llegó la infame derrota por 7-0 ante Chile durante la Copa América Centenario.

En Rusia 2018, el Tricolor inició su participación en Moscú con su mejor triunfo en un Mundial al vencer a Alemania, campeona defensora del mundo. Pero de ahí el Tricolor fue de más a menos. Una victoria en Rostov que estaba “en el presupuesto” ante Corea del Sur provocó más esperanzas en el Tricolor pues no se “mareó” tras la victoria sobre los germanos.

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Pero cuando tenía todo para cerrar como primero del grupo, se vio superado por Suecia en Ekaterimburgo en un partido terrible del entrenador colombiano y de los jugadores, que se desvanecieron moralmente y nunca se pudieron recuperar.

Gracias a sus dos victorias en la fase de grupos y al improbable triunfo de Corea del Sur sobre Alemania, México sobrevivió un grupo muy complicado pero clasificó como segundo, lo que le dejó una cita ante uno de los candidatos para ganar el título, Brasil. En ese momento, México falló al tener la oportunidad de clasificar como primero y enfrentar a Suiza, un rival con el que iba a tener más posibilidades de avanzar.

Ante Brasil, la calidad de Neymar, Coutinho y compañía fueron demasiado para México, que tuvo pocas posibilidades de victoria y estaba herido de muerte tras la derrota ante Suecia.

En términos generales, México tuvo su punto más alto ante Alemania, el punto más bajo ante Suecia y las otras dos actuaciones, ante Corea del Sur y Brasil entran en el tono de lo “normal”, de una selección que no está entre los mejores ocho del mundo, al igual que las otras seis selecciones que no han podido llegar al infame “quinto partido de México”.

“En la medida que el futbol mexicano exporte más jugadores, que compitan cada fin de semana contra los mejores, que entrenen con los mejores, eventualmente va a dar ese salto de calidad”, explicó Osorio al hablar del límite al que siempre llega el Tricolor.

Un proceso también de altibajos

Bajo la dirección del colombiano, México clasificó al Mundial “caminando” como primero en el Hexagonal Final y se dio el lujo de quitarle tres puntos a Estados Unidos en Columbus.

En los partidos en Estados Unidos de los llamados “moleros”, el Tricolor tuvo varios encuentros para el olvido, en donde sus “rotaciones” terminaron por ser muy criticadas, pero basadas en lo mostrado en el Mundial, fueron probablemente una excusa para cumplir con los compromisos del Tricolor.

En la Copa América de 2016, México tuvo una muy discreta actuación al vencer a Uruguay y Jamaica, y luego empató ante Venezuela. Pero muchos recordarán la goleada por 7-0 por Chile.

En la Copa Oro 2017, México cayó eliminado en semifinales por 1-0 ante Jamaica, con un grupo alterno, que le dio prioridad a la Copa Confederaciones.

En 2017, en la Confederaciones, el Tricolor tuvo una regular actuación, al empatar 2-2 con Portugal, venció 2-1 a Nueva Zelanda, y 2-1 al país anfitrión. Luego fue goleado en semifinales por 4-1 ante Alemania.

Mentalidad fuerte

Durante el Mundial, este equipo presumió de ser mentalmente fuerte y de estar unidos.

La frase “pensemos en cosas ching…. ” se hizo popular cuando Javier Hernández dijo en una entrevista que iban por el campeonato del mundo y esa frase fue utilizada por aficionados de la selección mexicana, que invadieron las ciudades de Moscú, Rostov, Ekaterimburgo y Samara para apoyar en gran número a su selección.

“La mentalidad se está cambiando. Para que algún día estemos a la altura de la Copa del Mundo”, dijo Hernández tras ser eliminado. “Queremos cambiar poco a poco, el cambio de mentalidad va más allá del resultado”.

“El mexicano está creciendo, está mejorando”.

Desde la derrota en la Copa América Centenario 2016, Osorio trajo consigo al español Imanol Ibarrondo, un coach mental del Tricolor, lo que probablemente ayudó en este movimiento de la nueva mentalidad predicada por Hernández, Miguen Layún, Andrés Guardado, Rafa Márquez, entre otros.

Buena relación con la prensa

El colombiano, con mucha labia y con respuestas tácticas, tuvo una buena relación con los medios de comunicación, a comparación de las eras complicadas de Ricardo Lavolpe, Hugo Sánchez, y últimamente Miguel Herrera, que fue despido por golpear a un periodista.

Las respuestas bilingües ecuánimes, educadas de Osorio, le ganaron el respeto no solamente de la prensa mexicana, sino la internacional, aunque siguió recibiendo las críticas de exentrenadores que trabajaban en los medios.

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