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Brasil ha perdido la magia

El tècnico Dunga (i), de la selección nacional de fútbol de Brasil entrena hoy, jueves 02 de junio de 2015, en el marco de los preparativos para la Copa América Centenario 2016, en Los Ángeles.

El tècnico Dunga (i), de la selección nacional de fútbol de Brasil entrena hoy, jueves 02 de junio de 2015, en el marco de los preparativos para la Copa América Centenario 2016, en Los Ángeles.

(Juan Carlos Cárdenas / EFE)
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Al final del encuentro entre Brasil y Ecuador, la reprobación del público era evidente: silbidos en contra los dos conjuntos, pero especialmente para la Verdeamarelha, quien hace 22 años logró el campeonato del mundo en el mismo Rose Bowl de Pasadena.

Más de 50,000 aficionados se dieron cita en un escenario que es parte de uno de los cinco capítulos de oro en la historia del futbol brasileño. La mayoría no era brasileño pero un 80% de ellos vestía la camiseta Verdeamarelha ya que varios habían visto versiones admirables del Scratch Du Oro que convertían el deporte en casi un arte.

Pero la noche del sábado, estaban muy lejos de las noches de gloria. Brasil se había salvado de una derrota cuando el árbitro del partido se apoyó en su juez de línea para anular un gol que parecía legítimo tras un tremendo y ridículo error del arquero Alisson.

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Al final de los 90 minutos, Dunga se dirigió a los vestidores con los ojos buscando el césped, meditando lo sucedido en un debut gris en la Copa América Centenario.

El empate de 0-0 lo dejó como segundo del Grupo B junto a Ecuador, en un sector que lidera Perú y que tiene como sotanero a Haití. El miércoles, Dunga y sus muchachos podrán acumular sus primeros tres puntos cuando enfrenten a la débil Haití.

Pero el 0-0 registrado en el Rose Bowl, testigo del tetracampeonato de Brasil y del balón que voló Roberto Baggio en la final de 1994, es un capítulo más en la lista de preocupaciones de la hinchada brasileña. El conjunto de Dunga está en sexto puesto en las Eliminatorias Mundialistas y este equipo brasileño no parece encontrar su juego en las jóvenes figuras.

La magia que enamoraba y que salía de los pies de Rivellino, Garrincha, Pelé o de Rivaldo, Bebeto, Romario hasta pasar por Ronaldinho Gaucho y Ronaldo está más lejos que nunca.

Hay que aclarar, este equipo brasileño no es malo. Inclusive, sigue siendo uno de los candidatos más firmes para ganar la Copa América Centenario ya que cuenta con jugadores jóvenes y talentosos. Pero la sensación de ver algo especial simplemente no está ahí.

Ni los desbordes de Dani Alves son los mismos que veíamos de Cafú o Roberto Carlos; tampoco los ataques de Philippe Coutinho son los mismos de Kaká.

El único hombre que tiene la magia de los antepasados en sus pies, Neymar, se encontraba en un palco del Rose Bowl junto al cantante Justin Beiber. Luego vino un selfie con Beiber para sus 5.5 millones de aficionados en Instagram. Hace 22 años, Dunga, se tomaba una foto no con Beiber sino con el campeonato de mundo junto a Claudio Taffarel, Romario y compañía.

“Cuando se cambia muchas generaciones se cambian muchas cosas. No es cuestión de la mentalidad de los jugadores. El futbol ha cambiado, la selección ha cambiado, el futbol del mundo ha cambiado”, expresó recientemente Dunga en una entrevista exclusiva con HOY Deportes.

Si quieres saber más de esos momentos de gloria, basta con solamente voltear a ver a Taffarel, actual entrenador de porteros de la Verdemarelha, quien fue responsable de aquel campeonato de 1994. En lugar, Taffarel quedó preocupado al ver como su joven arquero titular, Alisson, cometía un error increíble y que solamente por un error arbitro no se convirtió en la vergüenza del torneo.

Pero si alguien sabe de reivindicación ese es Dunga. Uno de los únicos cinco capitanes brasileños en levantar la Copa del Mundo también recibió muchas críticas cuando en Italia 1990 su equipo fue eliminado por el archirrival Argentina en instancias de cuartos de final. Fue uno de los Mundiales más dolorosos de Brasil, aunque no menos que el pasado Brasil 2014 en donde fueron humillados 7-1 por Alemania en semifinales.

Este miércoles, la selección brasileña buscará dar su primer paso firme hacia la segunda ronda de la Copa América Centenario y probablemente lo hará ante un débil rival. Pero ¿dónde está la magia de 1994 y 2002? Ciertamente no estuvo el sábado en Pasadena.

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