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Ex directivo, encubierto, ayudó en pesquisa sobre FIFA

Chuck Blazer.

Chuck Blazer.

(PETER KOHALMI / AFP)
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Un ex integrante del comité ejecutivo de la FIFA, accedió a colaborar de manera encubierta con los fiscales estadounidenses al menos desde 2011 en la pesquisa sobre presuntos actos de corrupción en el seno del organismo rector del futbol mundial.

Un documento de 19 páginas, en el que Chuck Blazer reconoce su culpabilidad en actos de corrupción el 25 de noviembre de 2013, fue revelado el lunes, luego que un juez accedió al pedido de varios medios informativos y rechazó una objeción presentada por fiscales federales.

Blazer aceptó “participar en actividades encubiertas para seguir las instrucciones específicas de agentes policiales o de esta oficina”, y a “no revelar su cooperación ni dato alguno derivado de esta a algún tercero sin consentimiento previo”, según el arreglo alcanzado entre el ex dirigente deportivo y la Fiscalía Federal en Brooklyn, Nueva York. Asimismo, Blazer renunció a apelar cualquier suspensión que le impusiera la FIFA u otro organismo del fútbol.

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También como parte del acuerdo, Blazer reconoció que no había reportado ganancias por más de 11 millones de dólares de 2005 a 2010, y renunció a los derechos sobre su pensión por su trabajo con la FIFA, a fin de cubrir adeudos con el gobierno estadounidense.

Ha aceptado ya una serie de sanciones y una multa que totaliza casi 2,5 millones de dólares y que podría aumentar en el futuro.

A cambio de la cooperación de Blazer y de que se declarara culpable de 10 cargos, el gobierno accedió a no recomendar una sentencia específica por sus delitos. Asimismo, las autoridades aceptaron reducir hasta en tres niveles de gravedad las sentencias que se impusieran, de acuerdo con los parámetros, si el ex jerarca deportivo “demostraba claramente que estaba aceptando su responsabilidad”.

El estadounidense Blazer fue el secretario general de la CONCACAF y se declaró culpable de cargos por complot para la comisión de actos de asociación ilícita, fraude por medios electrónicos y lavado de dinero. Asimismo, reconoció su responsabilidad por no presentar un reporte de cuentas bancarias en el extranjero, y por seis cargos de evasión fiscal.

Los cargos involucraban la repartición de sobornos relacionados con la elección de las sedes de los Mundiales de 1998 y 2010, y con la venta de derechos televisivos y de otra índole para la Copa de Oro de la CONCACAF, de 1996 a 2003.

El New York Daily fue el primer medio que informó sobre la cooperación de Blazer, el 1 de noviembre. La aceptación de culpabilidad en los distintos cargos se mantuvo en secreto hasta el mes pasado, en el mismo día en que 14 dirigentes y ejecutivos de “marketing” fueron acusados de corrupción, incluidas siete personas arrestadas en Zurich en la víspera del Congreso de la FIFA. Los detenidos podrían ser extraditados a Estados Unidos.

Esa misma semana, Joseph Blatter fue elegido para un quinto periodo al frente de la FIFA. Pero días después anunció sus intenciones de dejar el cargo en cuanto se eligiera a un sucesor.

Un funcionario policial, quien solicitó permanecer anónimo, ha dicho que Blatter, de 79 años, es uno de los objetivos de la investigación.

Las sentencias máximas por los 10 cargos de los que Blazer se declaró culpable podrían totalizar 100 años. Pero con el acuerdo, se impondrían penas mucho menos severas.

Por ejemplo, una reducción en la gravedad del cargo por asociación ilícita podría llevar la sentencia a entre 21 y 27 meses, en vez de entre 30 y 37. Los jueces suelen ordenar que las condenas se purguen de manera simultánea, no consecutiva.

Blazer se desempeñó como secretario general de la CONCACAF de 1990 a 2011 y formó parte del comité ejecutivo de la FIFA de 1997 a 2013. El ex dirigente, de 70 años, “sufre numerosos padecimientos físicos graves que requirieron recientemente de hospitalización”, señaló el juez federal de distrito Raymond J. Dearie.

Durante la audiencia de noviembre de 2013, Blazer indicó que había recibido quimioterapia y radiaciones para trata un cáncer rectal. Añadió que sufría diabetes e insuficiencia coronaria.

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