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Canelo es un atleta con muchas virtudes, pero ¿por qué no logra convencer a todos en México?

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La trayectoria de Saúl Álvarez no se parece a la de ningún otro campeón mexicano.

El campeón del mundo en tres diferentes divisiones es frío, trabajador, disciplinado, privado y no le gustan las controversias. No pierde la calma cuando enfrenta las preguntas provocativas de los periodistas y usualmente responde con una declaración pasiva y centrada. Dentro del ring es igual: ordenado, inteligente y raramente se deja llevar por sus emociones.

Su personalidad es muy diferente a la de un Julio César Chávez, que con valentía y agallas, se sobrepuso en una pelea que estaba perdiendo y noqueó a Meldrick Taylor en los últimos segundos de aquella legendaria noche de 1990, lo que lo catapultó como un ídolo del boxeo mexicano.

Canelo tampoco es temperamental y espectacular como Erik ‘Terrible’ Morales, a quien no le importaba recibir golpes, con tal de conectar uno efectivo, arriesgando más de lo necesario. Tampoco es Juan Manuel Márquez, un peleador que se sentía cómodo jugando el papel de víctima en sus peleas ante Manny Pacquiao, y que al final, ganó la trilogía con un nocaut sorpresivo e histórico.

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No, Saúl Álvarez es diferente.

En casi todos sus enfrentamientos Canelo ha salido como el favorito, algo inusual en un atleta mexicano, acostumbrado más a dar la sorpresa en algún deporte, que a confirmar el papel de favorito.

Sus logros dentro del cuadrilátero son de admirar: ha conquistado títulos en superwelter, mediano y supermediano. Además, ha derrotado a rivales talentosos como Miguel Cotto, Erislandy Lara y al casi invencible Gennady Golovkin.

Tampoco ha tenido problemas con drogas recreativas o alcohol, como el mismo Chávez admitió haber tenido. Incluso, es más disciplinado que su mismo promotor, Óscar de la Hoya, cuando este estaba en la cima del boxeo.

Pero, con tanto atributo, ¿por qué muchos mexicanos no se identifican con el Canelo?

Miles de mexicanos aún sintonizan sus peleas para verlo perder y otros en Estados Unidos apoyaron a Gennady Golovkin debido a que creían más en su “Mexican Style” que en el Canelo durante las últimas dos funciones que generaron más dinero en el Pago por Evento.

“No es un tipo de lo que estamos acostumbrados en el boxeo mexicano”, afirma David Faitelson, analista de ESPN Deportes, quien ha seguido la carrera de Canelo desde su nacimiento y comenta cada una de sus contiendas en Las Vegas.

“Yo creo que ahí está el problema, al rayar tanto en la perfección, se convierte en un peleador imperfecto para el aficionado”, agrega Faitelson.

Canelo tampoco ha dado muchas razones para que lo critiquen, pues no acostumbra a dar declaraciones polémicas fuera del deporte y tampoco presume sus millones como lo hace Floyd Mayweather Jr. en las redes sociales. Le gusta publicar fotos de sus hijas, su familia, sus autos, sus caballos, pero sin excesos.

“Esa forma de ser del Canelo no le gusta al aficionado mexicano. El aficionado mexicano prefiere que el boxeador tenga defectos, que sea vulnerable. Si tiene problemas de alcohol, de vicios, lo ven más cercano a ellos”, añade Faitelson.

Inicio privilegiado

Para Diego Martínez, reportero de Grupo Reforma, quien ha seguido a Álvarez desde sus inicios en México y que cubre todas sus peleas en la Unión Americana, mucho tiene que ver la manera en la que surgió el fenómeno del Canelo.

Desde un inicio, cuando comenzó a acumular triunfos, las arenas se llenaban para ver al muchacho pelirrojo, orgullo de Guadalajara. Con esa popularidad llegó el apoyo del gigante de la televisión mexicana, Televisa, que al ver el tremendo arraigo que tenía Canelo en su estado natal, se dio cuenta que tenía un diamante en bruto y explotó su imagen para proyectarlo a nivel nacional.

Canelo entonces comenzó a ser una figura nacional en México, salía en portadas de revistas de farándula acompañado de bellas mujeres, una de ellas la personalidad de televisión y modelo Marisol González, curiosamente también imagen de Televisa. Eso obviamente le trajo más fama y con ello más enemigos. Mucha gente lo trató como un “producto de mercadotecnia” y comenzaron a dudar de su verdadera capacidad en el deporte.

“Creo que está dividido. En México, la mitad lo quiere y la otra no. En Estados Unidos la mayoría lo apoya”, indica Martínez.

Algunos dudan de la calidad de sus victorias, especialmente ante los acabados Alfredo Angulo y Shane Mosley, así como otros que venció disminuidos por la diferencia de peso, como Julio César Chávez Jr. y Amir Khan.

“Él no tiene la culpa que muchos de los peleadores que le ha ganado han sido peleadores que han llegado a destiempo. Pero en lo que se refiere a él, es un muchacho que se prepara, es disciplinado, trata de agradar a la gente con el tipo de boxeo que emplea en sus peleas, es un reconocimiento que tarde o temprano se lo va a dar el aficionado”, declaró el ‘Terrible’ Morales en una reciente entrevista con HOY.

“Canelo ha ganado a un peleador solamente que ha sido serio: Golovkin. Creo que no hemos visto lo mejor de Canelo, pero creo que está entrando a lo mejor de su carrera”, declaró el legendario promotor de Top Rank, Bob Arum.

Gracias a su tremenda popularidad, Canelo ha contado con el privilegio de pelear como el favorito en casi todas sus contiendas, muy diferente al clásico peleador azteca, que se convierte en leyenda al remar contra la corriente y ganar contra todos los pronósticos.

Este 4 de mayo no será la excepción en Las Vegas. El campeón de peso mediano de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y Consejo Mundial de Boxeo (CMB) será el favorito en su duelo de unificación ante Daniel Jacobs, monarca de la Federación Internacional de Boxeo (FIB).

Pero gracias a sus triunfos sobre Miguel Cotto, Erislandy Lara y sus dos enfrentamientos ante Golovkin, Canelo comienza a inclinar la balanza a su favor y los aficionados comienzan a tenerle más respeto.

“Se ha convertido en un muy buen boxeador. Ha evolucionado como boxeador”, reconoce Faitelson.

La afición mexicana le dio mucho crédito a la estrategia empleada por Canelo en el segundo duelo ante Golovkin, de ir hacia enfrente y hacer retroceder a ‘GGG’, tal como lo han hecho sus grandes campeones en el pasado.

“Si fuera malo, Golovkin lo hubiera noqueado. Después de esa segunda pelea, ganó más aficionados. Creo que después de las dos peleas de Canelo con Golovkin sus bonos subieron”, expresa Martínez.

Las fuertes cantidades de dinero que gana el Canelo en esta época, comparada a las que tuvieron grandes campeones mexicanos del pasado tampoco han sido del agrado de todos.

Cuando surgió el anunció del jugoso contrato de Álvarez con DAZN para transmitir sus próximas 11 peleas por $365 millones, los comentarios negativos en México no se hicieron esperar, debido a que para el gusto de algunos, otros campeones mexicanos en el pasado “se merecían ese dinero”.

“Creo que eso la gente no lo asimila, es mucha envidia”, declara Martínez. “Si Canelo no fuera bueno, si fuera malo, no le pagarían lo que le pagan”.

Una gran prueba en la popularidad del Canelo en su propio país podría llegar este mismo año. El jalisciense ha declarado que le gustaría pelear en el Estadio Azteca, tal como Chávez lo hizo en 1991 cuando derrotó por nocaut a Greg Hagen en 1993 ante 132,274 aficionados.

“Yo no tengo ninguna duda de que Canelo pueda meter 100,000 aficionados al Estadio Azteca”, señala Martínez.

A sus 28 años, muchos indican que Canelo aún tiene más espacio para crecer y seguir ganando el respeto de los exigentes aficionados de su país.

“Le puedes dar a la gente muchas cosas, menos un ídolo boxístico que ellos no quieren”, afirma Faitelson.

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