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Un ‘Bam Bam’ Ríos auténtico

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Brandon Ríos, un peleador conocido por su aguante, su fuerte pegada y su estilo “loco” dentro del cuadrilátero, es probablemente uno de los pugilistas más auténticos en el mundo del boxeo.

Ríos, de 29 años, nacido en Lubbock, Texas, enfrentará a Timothy Bradley el próximo 7 de noviembre en el Thomas & Mack Center de Las Vegas, Nevada por el título welter de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) en una contienda que será televisada por HBO.

Ya han pasado 11 años desde que Robert García conoció a ‘Bam Bam’ en un torneo preolímpico, en donde se enfrentaba a lo mejor de la nación rumbo a las Olimpiadas de Atenas 2004. Fue ahí que García, el entrenador durante toda su carrera como profesional, vio algo especial en él.

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“Le vi su valentía, sus ganas de pelearle a los mejores. Era un torneo muy importante, estaba peleando contra lo mejor del país. Estaba venciendo a sus rivales, no por ser mejor, pero por las ganas de triunfar, por el corazón que tiene”, recordó García, quien después de aquel torneo invitó a Ríos a su gimnasio en Oxnard tras una carrera amateur con marca de 230-35.

Una vez en Oxnard, Ríos le demostró a García que también podía ser un amigo de la familia.

“Cuando me lo traje para Oxnard, cuando lo vi en mi casa, ahí me demostró el cariño a mi familia, con mi esposa, con mis hijos”, explicó García, quien en ese entonces tenía una recién nacida.

“Él conoció a mi hija, que ahora tiene 11 años, cuando nació. Hasta ahorita mi hija lo quiere mucho. Brandon es como un hermano menor, hijo para mí”, aseveró.

“Estoy agradecido que conocí a un tipo como Robert. Le he traído cosas buenas a él y él me ha traído cosas buenas a mí”, expresó Ríos sobre la relación con su entrenador.

A pesar de estar bajo la tutela de García, Ríos no olvidó todo el trabajo que había realizado como amateur con su padre, pues fue él que le enseñó que el trabajo del gimnasio es cosa seria.

“Mi papá cuando era mi entrenador me dijo, ‘hijo, cuando vengas al gimnasio tienes que trabajar mucho porque yo no voy a gastar mi tiempo entrenándote, desperdiciar mi tiempo y mi dinero’… eso se quedó en mi cabeza”, recordó Ríos desde su campamento en Riverside.

Fueron palabras fuertes pero necesarias para un Brandon que estaba siempre en problemas desde pequeño, inclusive saliendo y entrando a la cárcel frecuentemente.

“Crecí pobre, en vecindarios feos. El boxeo es la forma de divertirme. Creo que eso hace que ame este deporte tanto, me ayuda a calmarme”, explicó Ríos.

Y aunque fueron palabras fuertes los de su padre, no las olvidó y se lo agradeció en una noche muy especial para él. El 26 de febrero de 2011, Ríos enfrentó al venezolano Miguel Acosta por la corona de peso ligero de la Asociación Mundial de Boxeo y su padre estuvo en su esquina en ese combate que ganó por nocaut en 10 rounds.

“Le dije a mi papá que iba a pelear en TV y en HBO y que él iba a estar en mi esquina, trabajando conmigo. Cuando me tocó esa oportunidad, mi papá estuvo conmigo. Ese fue el mejor momento, que no se compra con dinero. No me importó el dinero, solo me importó que mi papá estaba conmigo y que gané el título”, expresó Ríos, quien obtuvo $4 millones en su pelea ante Manny Pacquiao en China por Pago por Evento en 2013 y $850,000 en su última victoria ante Mike Alvarado por HBO.

Pero aún así con títulos y dinero, García dice que su pupilo sigue siendo el mismo peleador bromista dentro y fuera del cuadrilátero.

“Es peleador, juguetón, muy llevado, un poco pesado, pero todo mundo ya sabe que así es.

Nos reímos, lo aceptamos. Nadie se molesta porque sabemos que así es él. Muy grosero”, dijo García, aunque también comentó que ya ha notado un cambio en su peleador.

“Ya se casó y tiene familia, tiene hijos. Ya no me llama para tomar cervezas, por esa parte estoy contento”, expresó.

Ríos contó que su esposa, quien es terapista de niños mudos y tiene una maestría, fue importante en el cambio de su estilo de vida.

“Me convertí en otra persona (cuando la conocí). Ella me entiende, entiende lo que hago y me apoya mucho”, expresó Ríos. “Ella es todo lo contrario, es educada”, añadió.

Ríos está finalizando su campamento en Riverside, a dos horas de su familia en Oxnard. El movimiento de campamento fue debido a que han preferido concentrarse para esta pelea que determinará el futuro de Brandon.

“Esta pelea decide si nos queda unos cuatro o cinco años o quizá ya estamos viendo lo último de su carrera. Sé que la carrera no es fácil. La gente piensa que no podemos ganar, es lo que nos da más motivación”, indicó García.

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