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Mike Alvarado va en caída libre

Mike Alvarado, oriundo de Denver.
Mike Alvarado, oriundo de Denver.
(Justin Edmonds / Getty Images)
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Un colega de Los Ángeles muy conocido, el periodista Rigoberto Cervantes, me dijo un día que a los atletas y los entrenadores solamente hay que creerles después que uno va a los entrenamientos.

En una entrevista telefónica o si uno lee un artículo, el atleta pueden decir que está “al cien por ciento” y que “está dispuesto a dar la vida dentro del ring” o que “ha hecho su mejor campamento de su carrera”.

Pero la verdad siempre sale cuando uno va en persona a un entrenamiento y ve que el atleta está fuera de forma, si tiene una libra de más o está distraido. Y la verdad no se puede esconder con palabras.

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Eso sucedió con Mike Alvarado el sábado pasado. El originario de Denver había dicho que se encontraba bien para su crucial tercer enfrentamiento ante Brandon Ríos, que no le había perjudicado el día que pasó en la cárcel tras ser arrestado por posesión de armas. Alvarado había sido arrestado en dos ocasiones en un espacio de cuatro meses antes del duelo del sábado pasado. La última ocasión, el 4 de junio, fue arrestado a las 4 a.m. al portar una pistola en en su SUV.

Todas esas distracciones fueron evidentes al subirse al cuadrilátero frente a su público ante su mayor rival en su carrera, Brandon Ríos. Alvarado se vio vulnerable, lento, predecible y como el mismo narrador de HBO, Jim Lampley, dijo, “pareciera que está pidiendo ser golpeado”.

Alvarado cayó en el tercer asalto y luego no pudo salir para el cuarto round, en lo que fue un desenlace poco esperado para esta trilogía. El pleito fue de un sólo lado y ‘Mile High’ pareció haber perdido la contienda antes de subirse al ring.

“Estaba muy lejos de estar en mi mejor condición…. No estaba entrenando como debería, es lo que merezco, todavía no estoy terminado”, dijo Alvarado, de 34 años, quien cosechó su tercera derrota. Antes había perdido por nocaut ante Ruslan Provodnikov y Juan Manuel Márquez. Fue la segunda derrota en Denver con un público que confiaba en él y que terminó abucheándolo.

Hasta el 2012, Alvarado era un peleador invicto pero se encontró a Ríos y fue fulminado por un pugilista que también tiene problemas fuera y dentro del ring.
Ahora, con cuatro derrotas en sus últimos cinco enfrentamientos, Alvarado comienza a ser un peleador del “montón”, aunque jure a su gente que esta vez no será así.

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