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Juego de Estrellas: Aplausos para Pete Rose

Pete Rose es ovacionado en su presentación en el All-Star Game, en Cincinnati, Ohio.

Pete Rose es ovacionado en su presentación en el All-Star Game, en Cincinnati, Ohio.

(Rob Carr / Getty Images)
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Pete Rose volvió a casa para el Juego de Estrellas y apareció en el lugar en el que aún es tratado como un rey.

El rey del hit en Grandes Ligas fue votado para ser uno de los cuatro Jugadores Franquicia de Cincinnati como parte de una promoción de MLB. Rose y los miembros del Salón de la Fama Johnny Bench, Barry Larkin y Joe Morgan fueron presentados en el campo del Great American Ball Park previo al Juego de Estrellas del martes.

Rose, de 74 años, fue el último en aparecer y provocó los gritos de “¡Pete!, ¡Pete!” por parte de los aficionados.

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Siempre es bien recibido en casa. Sin embargo, fue una mucho más moderada de lo habitual — el campeón del Derby de Jonrones, Todd Frazier, recibió una ovación más fuerte, y los abucheos para el cátcher puertorriqueño de los Cardenales de San Luis, Yadier Molina, fueron más sonoros.

Pese a todo, Rose reconoció que fue algo emotivo.

“Lo único malo es que no tuve turnos al bate”, dijo Rose. “Me hubiera gustado tener un par de turnos. Los aficionados fueron maravillosos.

“He tenido esta relación durante 30 años. Los aficionados son maravillosos”.

¿Qué sigue para Rose? No tiene idea.

Rose fue expulsado en 1989 por apostar en juegos de béisbol y desde hace tiempo ha solicitado su reinstalación, que es un asunto pendiente. El comisionado Rob Manfred señaló que aún no tiene programada una reunión con Rose para hablar al respecto.

Manfred, quien en enero reemplazó a Bud Selig, dijo que revisa todo el material generado por las múltiples investigaciones sobre Rose.

“Sinceramente, me sorprendí con la cantidad de material que hay que revisar”, dijo el comisionado. “Estamos viéndolo nuevamente. Mantengo mi compromiso con la idea de que el señor Rose merece una oportunidad de decirme, de la forma en que se sienta más cómodo, lo que me quiera decir al respecto. Estoy seguro que habrá una reunión en persona”.

Rose conoció a Manfred por primera vez mientras esperaba su ingreso al campo.

“Nunca había hablado tanto de alguien a quien no conociera”, dijo Rose.

Rose está en su primera temporada como analista para la cadena Fox Sports. También realiza frecuentes apariciones públicas, manteniéndose visible durante su exilio del béisbol.

Su presencia en las festividades del Juego de Estrellas generó varios momentos delicados. Varias figuras del deporte, incluyendo el manager de la Liga Nacional, Bruce Bochy, mantuvieron una postura diplomática cuando se les preguntó sobre Rose.

Apenas la semana pasada, el ex pitcher de Grandes Ligas, Curt Schilling, expresó su decepción sobre cómo Rose parece ensombrecer los momentos más grandes del deporte.

Su aparición del martes fue la segunda para Rose en el Great American. MLB le otorgó permiso de salir al campo el 11 de septiembre de 2010, en el aniversario 25 de que impusiera la marca de hits con 4.192 en el viejo Riverfront Stadium.

Su otra aparición notable en un estadio fue en Atlanta, antes de un juego de Serie Mundial en 1999, cuando fue homenajeado como parte del Equipo Ideal del Siglo. Durante la ceremonia, la entrevista con el reportero Jim Gray generó varios momentos incómodos.

Esta vez no hubo preguntas sorpresa para Rose en el estadio ubicado en Pete Rose Way — no Johnny Bench Boulevard, no Tony Pérez Place, no Joe Morgan Street. Es en honor a Rose.

“Todo había estado fantástico y con fuertes aplausos, pero cuando Pete salió los decibeles aumentaron bastante y era lo que esperábamos”, dijo Larkin. “Johnny decía que estaba contento de que Pete fuera el último”.

Frazier, por su parte, estaba ansioso por ver una cálida recepción para Rose.

“Será grandioso, conociendo a estos aficionados, y sabiendo lo leales que son al juego y lo mucho que quieren a Pete Rose”, dijo Frazier, quien el lunes ganó el Derby de Jonrones. “Si quieres pelear con alguien de Cincinnati, dile que no quieres a Pete Rose. Será como insultar a su papá”.

A pesar de que nunca jugó en el Great American, sus huellas están en todo el estadio. Varios aficionados asistieron con sus jerseys de Pete Rose. El Salón de la Fama del equipo, en el edificio contiguo, tiene una gran exhibición sobre Rose.

Y un jardín de rosas justo a las afueras del estadio marca el lugar donde cayó el imparable con el que rompió el récord, en el viejo Riverfront Stadium.

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