Guerrero Jr., Jiménez, Robles, Mejia, Luzardo y Verdugo, las mejores promesas

El protagonismo y la aportación de los peloteros latinoamericanos dentro del béisbol profesional de las Grandes Ligas alcanza no sólo a las estrellas que ya están en la mejor competición del mundo sino que también ahora son la base de las promesas que van a llegar para apoyarlas y luego hacer su relevo.

Nada menos que seis de las los 10 mejores valores que hay actualmente en las ligas menores son latinoamericanos, encabezados por cuatro dominicanos (Vladimir Guerrero Jr., Eloy Jiménez , Víctor Robles y Francisco Mejía), un venezolano-peruano (Jesús Luzardo) y un hispano (Alex Verdugo).

Su clase les permite estar ya a las puertas de llegar a las Grandes Ligas, algo que podría suceder este mismo sábado cuando los equipos están listos para ampliar la primera plantilla de 25 a 40 jugadores y entre ellos es seguro que van a colocar a los nuevos valores.

Si alguien ha hecho méritos para ser llamado es el tercera base dominicano Vladimir Guerrero Jr., de 19 años, y los Azulejos de Toronto son conscientes de esa realidad, pero también quieren que siga desarrollándose en las menores, donde batea para promedios de bateando .382/.441/.635 con 19 jonrones, 27 dobles y 76 carreras empujadas en 91 juegos.

Su compatriota el jardinero Eloy Jiménez, de los Medias Blancas de Chicago, tiene también una producción bateando de .365/.406/.604 en 51 juegos en Triple-A en medio de una temporada en la que ha puesto marca personales en la mayoría de las categorías ofensivas, y ya no tiene nada que demostrar.

Una combinación de preocupación por el tiempo de servicio y unos jardines del primer equipo ya saturados podrían potencialmente retrasar la llegada de Jiménez hasta la próxima temporada, aunque el toletero de 21 años podría beneficiarse de la experiencia de un mes en las mayores.

Otro joven valor quisqueyano, el también jardinero Víctor Robles, de los Nacionales de Washington, se ha visto un poco marginado por el gran rendimiento que tiene su compatriota, Juan José Soto, quien con 19 años lo ha hecho todo bien desde que subió al primer equipo.

Pero Robles se mantiene como un talento muy especial con cuatro o hasta más herramientas para dejar su huella en el juego y los Nacionales quieren que lo muestre durante septiembre con el primer equipo.

Francisco Mejía, jardinero de los Padres de San Diego, es el cuarto talento dominicano, natural de Bani, que ha bateado .396/.339/.500 en 28 partidos en Triple-A El Paso, jugando exclusivamente como receptor.

Los Padres esperan mantener al ambidextro de 22 años en dicha posición, que es donde ofrece más valor. Pero con El Paso camino a los playoffs, lo más probable es que sea de los últimos en ser subidos durante septiembre.

El lanzador zurdo Luzardo, de los Atléticos de Oakland, se ha establecido como una promesa estelar del pitcheo en el 2018, gracias a un meteórico ascenso en las menores en la que ha sido su primera temporada completamente saludable.

Los Atléticos preferirían no subir al zurdo de 20 años, quien ha tenido algunos problemas en Triple-A y se está acercando al tope de 125-120 entradas que le impuso el equipo, aunque si sufren más lesiones en la rotación podrían verse obligados a llamarlo.

Verdugo, jardinero de los Dodgers de Los Angeles, subió en septiembre del año pasado y desde entonces tiene .710 de OPS en 29 juegos en las Mayores, incluyendo una línea de .280/.345/.440 en 14 juegos esta campaña.

El jardinero de 22 años es uno de los bateadores más avanzados de las menores, donde liga de por vida .310/.367/.445 en más de 500 juegos, y seguramente lo veremos de vuelta con los Dodgers en septiembre.

Los directivos de los Dodgers han admitido que la proyección de Verdugo es la más consistente que se recuerda en un joven toletero de las ligas menores y además su ética de trabajo y entrega en los entrenamientos es ejemplar.

Todas las jóvenes promesas del béisbol latinoamericano que ya están dentro de las organizaciones de los equipos profesionales también han establecido que no sólo tienen talento sino también son disciplinados y saben como aprovechar las oportunidades.