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El futuro de Lakers tuvo un toque de esperanza con el debut de LeBron James en Los Ángeles

LeBron James #23 of the Los Angeles Lakers celebrates his dunk in front of Brandon Ingram #14 during a preseason game against the Denver Nuggets at Staples Center on October 2, 2018 in Los Angeles, California.

LeBron James #23 of the Los Angeles Lakers celebrates his dunk in front of Brandon Ingram #14 during a preseason game against the Denver Nuggets at Staples Center on October 2, 2018 in Los Angeles, California.

(Harry How / Getty Images)
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Los Ángeles

Desde el 13 de abril de 2016, no se vivía un ambiente tan especial en el Staples Center como la noche del martes.

Con 6:40 por jugar en el primer cuarto, la explosiva ovación del inmueble de la calle Figueroa fue inmensa después de que LeBron James anotara por primera vez ante su afición en Los Ángeles estrenando la camiseta de su nuevo equipo.

En esta misma duela, dos años atrás, Kobe Bryant le decía “adiós” al básquetbol y el futuro de una de las franquicias más exitosas en los deportes, se veía oscuro. La ‘Mamba Negra’ se despedía a lo grande con 60 puntos y desde entonces Staples Center nunca fue el mismo.

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Con tres minutos por jugar en el primer periodo, James atacó el aro rival puso su estampa con un potente “volcanazo” que hizo explotar nuevamente la arena.

En ese momento, la esperanza de que Lakers pudiera recuperar el camino de grandeza, tomaba fuerza ante una arena repleta como si se tratara de un juego de temporada regular e incluso los playoffs, la energía era distinta.

Todo esto ocurría en apenas el segundo partido de pretemporada, contra los Nuggets de Denver, con quienes habían jugado y perdido en San Diego unos días atrás. Sin embargo, esto no detuvo a la afición de gritar a todo pulmón por cada anotación, asistencia o rebote de su nueva superestrella.

James participó un poco menos de 15 minutos en San Diego y cada minuto de los 14:39 que jugó en Staples Center tenía un peso valuado en oro para los aficionados angelinos.

Seguramente muchos de ellos rompieron el banco tras adquirir las abundantes camisetas que se posaban en la arena con el número 23 a sus espaldas y con “James” sobre ella. Por lo menos hubo uno que desafió a la multitud vistiendo el mismo digito pero con “Ceballos” adornándolo y recordando al jugador Cedric Ceballos, quien jugó para Lakers por tres temporadas entre 1994 y 1997.

La pasarela de camisetas no se detuvo ahí, pues también se hicieron presentes las de Magic Johnson (32) y Kobe Bryant (8 y 24).

James flexionó sus músculos, dio indicaciones, dirigió el tráfico, apoyó desde la banca, se mantuvo en constante comunicación con su entrenador e incluso se detuvo para corregir a los más jóvenes. El tres veces campeón de la NBA, se mantuvo ocupado en su primer juego en casa.

Más allá de recibir a James como la celebridad que es, no era dudar de que cumpliera con las expectativas, sino cómo reaccionarían sus nuevos compañeros.

Rajon Rondo dejó en claro que está dispuesto a pelearle el puesto de titular al consentido del presidente de operaciones del equipo, Lonzo Ball, quien ha sido dado de alta tras una operación en su rodilla pero que por decisión del cuerpo técnico han decidido darle más tiempo antes de jugar en partidos de 5 contra 5.

El veterano guardia, junto a James, el joven Brandon Ingram, Kyle Kuzma y JaVale McGee tuvieron chispazos del “Showtime” con pases y anotaciones de lujo, buscando impresionar en su primera aparición ante su afición. Tampoco hay que prepararse para desfilar celebrando en caravana en la calle Figueroa, pues el camino es largo y los ojos del resto de la liga estarán sobre James y su nuevo equipo.

¿Se esconderían detrás de la gigantesca imagen que representa ‘King James’? o ¿lo acompañarían en esta nueva aventura?

El equipo fue creado con juventud y una experiencia demostrada, que ha ganado títulos y que debería, por lo menos en el papel, alcanzar a llevar a Lakers nuevamente a Las Finales. No lo creo posible este año, a menos de que Johnson logre sacarse algo más de la manga en febrero y el equipo demuestre que está para grandes cosas, lo que atraería más talento.

Por eso el trabajo de Johnson, Rob Pelinka, el gerente general, y la dueña Jeanie Buss, de poner estas piezas juntas para soñar con derrocar a los Warriors de Golden State de la cima apenas comienza.

La presión también estará en Luke Walton para su usar su experiencia de haber sido parte de los Warriors y que está listo para elevar a este equipo a otro nivel. Además de ganarse el respeto de James, de quien se sabe es muy exigente en relación a que su entrenador tenga control del equipo en todos los aspectos.

El camino es largo y permite soñar con que existe una base de un futuro equipo campeón ya se está armando.

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