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Giuliana Olmos, una raqueta mexicana prometedora

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Cuando Giuliana Olmos se sumó a las filas de USC, sabía que estaba eligiendo una de las instituciones académicas de mayor prestigio a nivel tenístico. Con 27 títulos nacionales acumulados a lo largo de su historia, USC tiene una de las canteras de tenistas más importantes del país, lo que la convierte en un trampolín para quienes desean dar el salto al profesionalismo.

Olmos, de padre mexicano pero nacida hace 22 años en la localidad austríaca de Salzburgo, es una de las grandes promesas del tenis mexicano. En su penúltima temporada en el equipo de USC, la deportista ha logrado ascender del puesto 53 hasta el 13 del ranking nacional de la NCAA I, colocándose como una de las jugadoras latinas mejor clasificadas del país.

Para una nación como México poco acostumbrada a generar tenistas de élite, Olmos supone un rayo de esperanza para un deporte que, desde la década de los años 50 y 60, no cuenta con tenistas de índole internacional, como lo fueron Yola Ramírez y Rosie Reyes.

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“En Estados Unidos, Andy Roddick o Serena Williams son ídolos, pero México no tiene ídolos”, explicó la joven tenista. “Quiero ser esa persona que los niños chiquitos puedan ver y quieren ser”.

Aunque Olmos es también estadounidense, reconoce que “México me ha dado más apoyo y tiene menos tenistas”. Fue precisamente este hecho el que finalmente la hizo cambiar de idea y abanderar los colores mexicanos.

“Antes jugaba para Estados Unidos, pero ahora juego para México”, confiesa una deportista que este verano tiene previsto realizar una gira veraniega y disputar torneos en Estados Unidos, Europa y México.

Como parte de ésta, la joven viajará también hasta Corea para participar en la olimpiada universitaria y representar los colores de la bandera mexicana – algo que ya hizo en Rusia hace dos años y de lo que se siente “muy orgullosa”.

Como mexicana, la tenista desempeñó un papel destacado durante la Copa Federación Junior en el año 2009. No sólo ayudó a que su país lograra el 13er puesto, sino que además salió imbatible al jugar como número uno del equipo. Su victoria más destacada fue ante la bielorrusa Aleksandra Sasnovich.

Además de apoyar el desarrollo tenístico del país azteca, el talento de Olmos es una de las claves del gran éxito que los troyanos están cosechando esta temporada en la competitiva liga universitaria. Durante buena parte del año, el equipo femenino ha liderado el ranking nacional.

Esta semana, sin embargo, fue desplazado al segundo lugar por la Universidad de Carolina de norte, pero la mexicana está convencida de que lograrán recuperarlo en breve.

Olmos está cuajando una brillante temporada también en dobles, donde se ha situado como la decimoséptima mejor jugadora de la nación.

Para una deportista que reconoce tácitamente que “jugar al tenis es mi vida”, los sacrificios que a lo largo de los años ha venido realizando dentro y fuera de la pista nunca son garantía de éxito.
Olmos empezó a jugar a los cuatro años de la mano de su padre. Apenas cuatro años después ya estaba compitiendo en torneos, y a los quince, decidió continuar sus estudios en casa para dedicar seis horas diarias a los exigentes entrenamientos en las pistas.

El esfuerzo tuvo sus frutos en su etapa junior, cuando la mexicana alcanzó las semifinales de la Orange Bowl en el año 2008 y obtuvo el tercer puesto en el Easter Bowl un año después. En 2011, un año antes de incorporarse a USC, la joven llegó a la final de individuales del torneo Delray Beach ITF, logrando alzarse con el título de dobles.

Después de graduarse en Relaciones Internacionales el año que viene, la joven tenista saltará al circuito profesional.

Otra de las figuras que la tenista mexicana más admira es el único jugador en la historia de este deporte en ganar nueve torneos de Roland Garros.

“Me gusta Rafa Nadal porque es latino, lucha por cada punto y ha ganado muchos torneos, pero siempre juega como si no ganara ninguno”.

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