Nate Díaz vuelve al octágono, fumando, tres años después

Describir a Nate Díaz es difícil.

Es más fácil describir algunas de sus locuras. Como la del miércoles por la tarde en la que prendió un cigarrillo de aceite de cannabis durante una sesión de entrenamiento.

Supuestamente, el cigarrillo era de una sustancia que es permitida en las pruebas antidoping de UFC. Resulta que el mexicoamericano es dueño de Game Up Nutrition, una compañía que produce esas sustancias y si Conor McGregor promueve su whiskey en sus conferencias de prensa, ¿por qué no lo haría Díaz?

Así es Díaz, un loco rebelde que desafía el sistema de UFC y que también le ha arruinado los planes a la compañía en el pasado. Todos recordamos aquel duelo de UFC 196 en el que sometió a McGregor y sorprendió al mundo de las artes marciales mixtas.

En la pelea de revancha, McGregor venció apretadamente a Díaz, en lo que fue la última presentación del originario de Stockton.

Desde ese entonces, Díaz ha estado gozando el dinero obtenido en las dos peleas ante McGregor. En UFC 196, Díaz obtuvo medio millón y en UFC 202 obtuvo $2 millones.

Díaz también ha despreciado varios rivales en su posible regreso al octágono. El presidente de UFC, Dana White, le ofreció varias peleas a Díaz, pero el de Stockton despreció a su rival, la bolsa que iba a ganar, o el rival no estaba disponible.

Durante ese tiempo, Nate (19-11) ha estado entrenando para triatlones, además de invertir en la compañía de Game Up Nutrition con su hermano Nick.

Este sábado hará su regreso al octágono cuando pelee ante Anthony Pettis (22-8) en el combate coestelar de peso welter de UFC 241 en Anaheim.

Su oponente, Pettis ha pasado sus mejores días desde que perdió ante Rafael Dos Anjos en 2015. Desde ese entonces ha perdido ante Eddie Álvarez, Edson Barboza y Max Holloway, además de Justin Porier y Tony Ferguson.

En la pelea estelar, Daniel Cormier (22-1) enfrenta a Stipe Miocic (18-3) por la corona de peso pesado.