Anuncio

Expandillero de Los Ángeles emplea la dureza con la que creció en el MMA

Share

Uno de los más interesantes prospectos dentro de la compañía de artes marciales mixtas (MMA) Combate Américas es el mexicoamericano Daniel Rodríguez.

A sus 30 años de edad, apenas lleva cinco años compitiendo. Sin embargo, su carencia de experiencia dentro del octógono lo compensa con las duras lecciones de vida que ha aprendido desde pequeño.

Su instinto para combatir mano a mano no lo forjó en el gimnasio, lo aprendió en las calles y en la cárcel. Durante nueve años, entre los 15 y 24, fue encarcelado con mucha frecuencia debido a delitos que iban desde pelearse a posesión de armas.

Anuncio

“Me crié en la vida de las pandillas, mi mamá y papá fueron pandilleros, mis tíos también. Fue el estilo de vida que me tocó, vivía en áreas pobres. Me metía en problemas al lado de mis amigos y familia”, dijo a HOY Deportes Rodríguez (4-0), quien este viernes enfrentará a Víctor Reyna (9-3) en el evento Combate 19 (11:55 pm, Telemundo). “No fui mucho a la escuela, salía de la cárcel y a la semana regresaba por otros meses más. Cuando estaba en el centro disciplinario, reclusorio para menores o en los hogares de crianza me peleaba todos los días”.

“Ahí fue donde aprendí a pelear…entonces llevo muchos años peleando, solo de una manera distinta”, dijo.

El originario del área de Los Ángeles es un emergente peso welter que cuenta con una a fuerte pegada, la cual combina con el jiu-jitsu; posee una cinta púrpura en esta disciplina. Aunque ya ha dejado los malos pasos pues llegó a un punto donde se cansó de vivir esa vida, le encanta pelear, por eso incursionó en el MMA.

Desde que empezó a combatir formalmente, siempre ha sentido que se tiene que esforzar el doble, ya que está luchando con peleadores que llevan alrededor de 10 años en este deporte. No obstante, también cree que por lo que vivió en la cárcel, su fortaleza mental es inigualable y esto lo ha ayudado a mantenerse invicto hasta este punto.

“He estado cerca de la muerte, he estado involucrado en inmensas riñas, he peleado dentro de una celda. Creo que estos incidentes me han dado mucha fortaleza mental. He sabido sobrevivir peleando, lo he hecho toda mi vida”, explicó. “Cuando cierran el octágono solo pienso en pelear, no en que está pasando en mi vida o en quién me está viendo. Solo estoy enfocado en mi rival, nadie mas importa. Lo quiero tumbar y poner a dormir, porque en mi mente hago como que me quiere matar”.

Pero ahora, cuando Rodríguez pelea lo hace por una motivación distinta. Tiene cuatro hijos, entre uno y nueve años de edad, y quiere proveerles la calidad de vida que él no tuvo.

“[Los más grandes] me inspiran porque están atentos cuando estoy entrenando o peleando”, indicó. “Solo quiero ser un buen ejemplo para ellos, porque los niños siempre quieren seguir los pasos de sus papás. Yo recuerdo que yo quería ser como mis padres”, concluyó.

Anuncio