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El estigma de la gordura hace que la obesidad ‘huela mal’

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Por debajo de nuestro nivel de conciencia yace el prejuicio, y no huele bien.

Ha sido demostrado que las personas obesas causan más rechazo que los del estigmatizado grupo de la gente en situación de calle.

¿La “guerra contra la obesidad” ha causado víctimas entre los obesos?

Una nueva investigación ha encontrado que los sujetos experimentales a los que se les pidió que olieran algo, reportaron haber sentido olores menos placenteros cuando vieron imágenes de personas con sobrepeso y obesas que cuando observaron a individuos delgados.

El ejercico experimental, conducido por catedráticos de psicología de la UCLA, es una forma ingeniosa de sacar la “asociación implícita”— o prejuicio que yace bajo el nivel de conciencia advertida. Mientras que ejercicios similares han sido utilizados para explorar prejuicios raciales y otras formas de prejuicios, en este caso los individuos pesados fueron víctimas del estigma.

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Los nuevos hallazgos “sugieren que la extensión de parcialidad negativa hacia los individuos con sobrepeso puede ser mayor de lo que se asumía previamente”, escribieron los autores del estudio. La investigación previa, señalaron, sugiere que el prejuicio contra los obesos – en el empleo, cuidado de la salud y educación – está en aumento. Citaron estudios en los cuales los individuos con sobrepeso han sido encontrados de provocar “más sentimientos de disgusto que doce grupos históricamente estigmatizados (individuos en situación de calle, personas con enfermedades mentales, etc.)”.

La última investigación, publicada en el International Journal of Obesity, refleja los juicios de 245 graduados de licenciatura a quienes se les pidió olfatear “muestras de olor” y dar calificación al aroma que les fuera presentado al mismo tiempo que veían imágenes de personas y cosas.

Mientras que vieron imágenes de cosas con la intención de evocar sentimientos neutrales – un martillo, un escritorio de madera, una perilla – el objeto del interés de los investigadores eran las reacciones de los sujetos ante las personas fotografiadas. Reacciones tomadas de las secuencias de “antes y después” de personas muy gordas que habían perdido una cantidad significativa de peso, alternando las fotografías entre personas de peso saludable normal, y otros que eran obesos o con sobrepeso.

De hecho, las “muestras de olor” a calificar no tenían ningún aroma: fueron hechas mezclando una loción sin fragancia para el cuerpo con distintos matices de colores vegetales y pintando con eso una cartulina que se agitaba bajo la nariz del individuo estudiado.

Habiéndoles dicho que los científicos estaban valorando los factores relacionados con el apetito, a los sujetos se les pidió otorgar de 1 a 12 estrellas para cada “aroma” que les fuera presentada en cada ocasión, mientras veían imágenes diferentes.

En promedio, “los aromas” presentados mientras que los sujetos veían a una persona delgada fueron calificadas significativamente más agradables que aquellos aromas que se observaban junto a imágenes de personas pesadas. Imagenes de objetos neutrales propiciaron en los sujetos, generalmente, el calificar “el aroma” en algún lugar intermedio.

Curiosamente los sujetos que eran obesos o con sobrepeso, parecieron ser los más duros jueces en contra de las personas gordas.

El prejuicio contra los obesos puede no ser nuevo. Pero a medida que las autoridades han escalado su guerra contra la gordura, puede estar generando un daño colateral importante entre los que están tratando de ayudar.

¿Cómo el olfato – nuestro sentido para oler – revela nuestros prejuicios? Los autores del nuevo estudio muestran que los neurocientíficos han encontrado que lo que vemos y olemos, cuando se presentan juntos, con frecuencia quedan atados juntos en el hipocampo, una región del cerebro que juega un papel clave en el aprendizaje y la memoria.

Incollingo Rodríguez, el autor principal del estudio, dijo que mientras algunas personas son abiertamente parciales, otras ni siquiera se dan cuenta de que albergan sentimientos negativos hacia las personas gordas.

Si desea leer esta nota enj inglés, haga clic aquí

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