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Llega el Danzón al Festival de Libros

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El danzón ha llegado al Festival de Libros gracias al Centro Cultural de Tijuana, y de la mano de Lorena Villaseñor hará bailar a los asistentes al Festival, este sábado 22 de abril.

El Danzón ha ido ganando terreno, incluso en ciudades donde no se practicaba.

En Tijuana es un baile que pocos practicaban y quienes lo hacían eran personas de la tercera edad que bailaban líricamente en parques o espacios rentados, según Lorena Villaseñor, instructora del Centro Cultural de Tijuana.

“No había referentes y nadie lo bailaba con técnica, con el estudio y la disciplina que requiere el danzón”.

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Villaseñor, una psicóloga de 47 años, y su esposo Francisco Guerrero, un profesor de música de 48 años, se propusieron difundir en la zona fronteriza esta danza, con la experiencia de haber participado hasta ahora en nueve muestras nacionales de danzón y estudiado este baile en Monterrey y en Veracruz.

Si bien el danzón nació en Cuba (algunos historiadores señalan que hacia 1879 en Matanzas), en México —particularmente en Veracruz, Yucatán y la Ciudad de México— tiene un importante arraigo.

“Es parte ya de nuestra cultura, y actualmente hay más danzoneras en México que en Cuba”, dijo Guerrero.

“La escuela que nosotros estamos enseñando es la del Grupo Tres Generaciones”, explicó Villaseñor. “Es una técnica muy conservadora”.

El Grupo Tres Generaciones del Danzón Veracruzano es una asociación civil en Veracruz con 25 años de vida que ha aglutinado los esfuerzos de diversos grupos del país dedicados a la formación, desarrollo y estudio del danzón ocasionando un movimiento nacional de este baile.

La pretensión de Villaseñor y Guerrero es hacer que ese movimiento llegue a la frontera, principalmente a los jóvenes. Para ello están realizando talleres en Tijuana, donde clebran bailes cada mes.

Los martes y los sábados ofrecen talleres en la sala de usos múltiples del Centro Cultural Tijuana (Cecut), donde una veintena de aficionados se reúnen para aprender danzón.

Villaseñor cuenta que al principio tenían grupos numerosos de hasta treinta personas, pero muchos dejaron de asistir porque creyeron que esta danza solo era esparcimiento y no tuvieron la disciplina; pues a diferencia de cualquier otro baile, el danzón se baila por nota. “Se necesita saber cuándo detenerse, cuándo escuchar y cuándo continuar”.

“Yo veía como lo bailaban y quería aprenderlo, pero con técnica, con los pasos. El danzón es un baile donde se resalta muchísimo lo femenino, donde se le da a la mujer el lugar que se ha ido perdiendo con el tiempo, por la falta de caballerosidad y de educación. A la mujer se le corteja. Para mí ha sido todo un descubrimiento”, dijo Inés Martínez, un ama de casa de 56 años.

Ella y su esposo Juan Anzorena, un médico de 58, estaban el pasado sábado 9 de marzo en el taller de danzón en el Cecut, al que asisten desde hace trece meses.

“Yo soy grosero, explosivo, mal hablado, pero aquí no. El danzón te hace sentir un respeto por las formas, por la pareja. Es muy cachondo, tiene una sensualidad muy contenida, incluso la pareja —aunque está muy junta— no se mira, pero hay un deseo. A mí en lo particular me ha cambiado mucho”, dijo Juan Carlos Rubio, un ingeniero civil de 52 años, quien también ha pasado un año y un mes en el taller.

Ya lo sabe, si quiere disfrutar y descubrir el danzón en todas sus formas y con toda su técnica, asista al Festival del Libro. Consulte el programa para saber el horario de esta actividad.

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