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Las granjas eólicas y solares pueden crear su propio clima, incluyendo lluvia sobre el Sahara

Un trabajador camina delante de los espejos solares en la planta de energía solar concentrada Noor 1 de Marruecos en el borde del Sahara. Los investigadores dicen que el despliegue generalizado de parques solares y eólicos en el desierto africano podría causar que caiga más lluvia y que crezcan más plantas.

Un trabajador camina delante de los espejos solares en la planta de energía solar concentrada Noor 1 de Marruecos en el borde del Sahara. Los investigadores dicen que el despliegue generalizado de parques solares y eólicos en el desierto africano podría causar que caiga más lluvia y que crezcan más plantas.

(Fadel Senna / AFP / Getty Images)
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Ya sabes que usar energía solar y eólica puede influir en el clima al reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles que atrapan el calor. Ahora los científicos dicen que estas formas renovables de energía pueden cambiar el clima de manera más directa y que podrían sorprendernos.

Si se desplegaran turbinas eólicas y paneles solares en todo el Sahara, caerían más lluvias y crecerían más plantas en el enorme desierto africano, según una investigación publicada en la última edición de la revista Science.

“La energía renovable puede tener múltiples beneficios para el clima y el desarrollo sostenible”, escribió un equipo dirigido por investigadores del Departamento de Ciencia Atmosférica y Oceánica de la Universidad de Maryland.

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Para determinar esto, los investigadores imaginaron tres escenarios para el Sahara y el Sahel, una región semiárida inmediatamente al sur.

En uno, el área está cubierta con turbinas de viento con una altura de más de 300 pies. En otro, los paneles solares cubren el 20% de la tierra. El tercer caso combina granjas eólicas y solares, una configuración que produciría unos 82 terawatts de potencia eléctrica. Eso es mucho más energía que la que el mundo necesita actualmente, dijo el codirector del estudio, Yan Li.

Una vez que se construyeron sus hipotéticas granjas de energía, los investigadores intridujeron los datos en un sofisticado programa de computadora que simula el clima dinámico de la Tierra. Luego el programa hizo predicciones sobre cómo las granjas cambiarían el ambiente.

En el caso de los parques eólicos, las turbinas gigantes provocarían que el aire caliente de arriba se mezcle con el aire más frío que está debajo, lo que generará más calor cerca de la superficie. La temperatura del aire cerca del suelo incrementaría en casi 4 grados Fahrenheit. Además, las turbinas interrumpirían la suavidad de la superficie del desierto. Los vientos que soplan a través del área se moverían más lentamente.

Eso, combinado con el calor agregado, cambiaría las condiciones atmosféricas sobre el Sahara y traería más humedad al área. La precipitación promedio aumentaría hasta 0.25 de milímetro por día, casi el doble de lo que hubiera sido de otra manera, según el estudio.

Una vista aérea de los espejos solares en la planta de energía en Marruecos.

Una vista aérea de los espejos solares en la planta de energía en Marruecos.

(Fadel Senna / AFP / Getty Images)

El agua adicional estimularía el crecimiento de las plantas, y esas plantas adicionales reducirían la cantidad de luz solar que se refleja en la superficie del desierto.

A partir de ahí, se trata de un ciclo de retroalimentación positiva, explicaron los investigadores. La reflectividad reducida (o albedo superficial) mejora la precipitación, lo que impulsa el crecimiento de las plantas, lo que reduce el albedo, y así sucesivamente.

La historia es un poco diferente para las granjas solares.

En lugar de frenar el viento o hacer que el aire caliente y el frío se mezclen, el efecto principal de los paneles solares es reducir el albedo. Eso incrementaría la precipitación diaria promedio en aproximadamente 0.13 de milímetro en el Sahara y 0.59 de milímetro en el Sahel. El agua adicional induciría un mayor crecimiento de las plantas, reduciendo aún más el albedo y permitiendo que el ciclo continúe.

Se pronosticó que estos cambios aumentarían la temperatura máxima en más de 2 grados Fahrenheit, informaron los investigadores.

Si las granjas eólicas y solares se combinaran, los efectos serían “mejores”, aseguraron. La precipitación diaria promedio incrementaría a 0.59 de un milímetro. Eso es casi 1.5 veces más alto de lo que el Sahara estaría en su estado natural.

Pero la lluvia no se extendería uniformemente en todas partes. Las simulaciones computarizadas predijeron que partes del Sahel podrían obtener casi 20 pulgadas adicionales de precipitación por año. Toda esa agua adicional podría tener “importantes impactos ecológicos, ambientales y sociales”, escribieron Li y sus colegas.

La temperatura promedio también aumentaría, en casi 5 grados Fahrenheit.

Cambios como estos no necesariamente sucederán en todas partes donde se construyan granjas solares, advirtieron los investigadores. En el Sahara, la clave es que los paneles solares típicos de hoy en día incrementarían el albedo de la superficie. Pero si el paisaje fuera diferente, eso podría no ser cierto.

Lo mismo si los paneles solares fueran más eficientes, eso podría provocar que las temperaturas caigan en lugar de subir. Sin calor adicional, la lluvia no aumentaría. Incluso podría disminuir, señalaron los investigadores.

Todos estos son factores a considerar cuando se construye una granja eólica o solar, escribieron. De ser colocadas así, estas plantas de energía podrían generar más lluvia y plantas, además de más energía limpia.

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí.

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