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Uber brindará en Los Ángeles un servicio de taxis aéreos a partir de 2020

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Tracey Lien

La empresa Uber afirmó que, en poco más de dos años, permitirá a los viajeros volar sobre el tráfico angelino gracias a una nueva flota de taxis voladores.

La compañía anunció este miércoles que L.A. será una de las primeras ciudades donde funcionará UberAir, que comenzará a transportar pasajeros en toda la región en aviones eléctricos desde 2020.

Fabricantes como Embraer, Bell Helicopter, Pipistrel, Aurora Flight Sciences y Mooney Aviation suministrarán y pilotarán los aviones. Uber operará el software que emplearán los pasajeros para reservar un viaje y tomar su comisión, al igual que con el transporte de Uber por tierra.

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“Estamos tratando de trabajar con las ciudades que están interesadas en asociarse para que esto ocurra, sabiendo que habrá inconvenientes en el camino”, aseguró Jeff Holden, jefe de producto de Uber, al explicar por qué la compañía eligió Los Ángeles y Dallas como las primeras urbes para probar el servicio.

“LA. es una ciudad modelo para esto, ya que está muy congestionada desde el punto de vista del tráfico vehicular, y no se espera un gran alivio del tránsito masivo en el horizonte “, expuso el ejecutivo.

UberAir se diferencia de UberChopper, un servicio de helicóptero que la compañía ofreció en el pasado durante eventos como el festival de música de Coachella, o en el verano para viajes entre la ciudad de Nueva York y los Hamptons. En lugar de ofrecer el servicio como un producto de lujo (los viajes al Valle de Coachella desde Los Ángeles cuestan a los pasajeros $4,170 por trayecto), Uber visualiza a UberAir como una opción de cercanías, con tarifas comparables a las de un viaje en automóvil UberX. La eficiencia de las aeronaves eléctricas reduce “drásticamente el precio” en comparación con los helicópteros, detalló Holden.

Al igual que con los vehículos autónomos, la empresa planea desarrollar eventualmente aviones autónomos, eliminando el costo de un piloto y, posteriormente, reduciendo las tarifas.

Para los Juegos Olímpicos de 2028, adelantó el ejecutivo, la compañía cree que los angelinos harán un “uso intensivo” de UberAir. Cuando el servicio esté en pleno apogeo, anticipa que se realizarán “decenas de miles” de vuelos cada día en toda la ciudad.

La ciudad de Los Ángeles mostró apoyo inicial al proyecto, y el alcalde Eric Garcetti señaló que L.A. es el “campo de pruebas perfecto para esta nueva tecnología”. Pero un vocero del alcalde destacó que las conversaciones sobre regulación, efectos ambientales y zonificación aún no habían comenzado.

Los diseños para el avión -que difiere de los helicópteros en apariencia, características técnicas, eficiencia y consumo de combustible- no están listos todavía. Las zonas propuestas de despegue y aterrizaje, equipadas con estaciones de carga, tampoco están construidas.

En un libro blanco publicado el año pasado, Uber describió los obstáculos que la compañía probablemente enfrentará, incluidos los desafíos de infraestructura, la capacitación y certificación de pilotos y las inquietudes sobre el tráfico aéreo.

No obstante, la firma ya tomó medidas para abordar algunos de esos problemas: anunció el miércoles que firmó un acuerdo con el desarrollador inmobiliario Sandstone Properties para construir centros de despegue y aterrizaje en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles (LAX) y en el centro de la ciudad, Santa Mónica y Sherman Oaks, que estarán listos al momento del lanzamiento, en 2020

También se asoció con la NASA para desarrollar nuevos sistemas de gestión del tráfico no tripulados, destinados a permitir el control del tráfico aéreo apropiado para aeronaves que vuelan a baja altitud en entornos urbanos.

A pesar del impulso que tiene del proyecto, Jim Harris, socio de Bain & Co. que lidera la firma de práctica aeroespacial y defensa, expresó que el cronograma regulatorio tiende a ser más largo de lo que las compañías esperan.

La certificación de la Administración Federal de Aviación para los aviones comerciales puede incluir dos años de pruebas rigurosas. Además de eso, la empresa debe garantizar la seguridad y estabilidad de las baterías que alimentarán la aeronave. Finalmente, la compañía también tendrá que ganarse a los consumidores, advirtió Harris.

“Cuando hay un piloto en el avión, el consumidor adopta el servicio bastante rápido”, expresó. “Pero a algunos experimentos autónomos les llevará un tiempo que los usuarios se sientan cómodos en un taxi aéreo sin piloto”.

El especialista estimó que el lanzamiento de un servicio comercial de aviones eléctricos podría ocurrir en los próximos 10 años. ¿Pero un servicio a mayor escala y que sea económicamente viable? “Eso tomará más cerca de 15”, consideró.

Traducción: Valeria Agis

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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