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Miguel Díaz cuenta con potencial para ser abridor

El dominicano Miguel Díaz regresó al campo tras permanecer en reposo por dos meses y medio tras una lesión en el antebrazo.

El dominicano Miguel Díaz regresó al campo tras permanecer en reposo por dos meses y medio tras una lesión en el antebrazo.

(Matthew Stockman / Getty Images)
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Miguel Díaz es uno de tres jugadores de los Padres de San Diego que afrontaba esta temporada bajo la condición del draft de Regla 5. El lanzador dominicano debía permanecer con el equipo grande toda la campaña o ser ofrecido a los Milwaukee Brewers, su organización original.

Con apenas experiencia en Clase-A previo a 2017, Díaz, de tan solo 22 años de edad, se las ingenió con sus actuaciones y repertorio para mantenerse en el roster, aunado a la confianza que le brindaron los Padres. Como relevista o en el rol de abridor.

“Ese muchacho tiene el potencial para iniciar juegos en Grandes Ligas”, comentó el manager de los frailes, Andy Green. “Siempre hemos creído en su potencial y está avanzando por buen camino”.

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De sus primeros 25 juegos con los Padres en las mayores, Díaz actuó como relevista en 22, con tres aperturas entre el 10 y 21 de junio que le costaron caer en la lista de lesionados, manteniéndolo fuera de acción durante dos meses y medio por tensión en el antebrazo.

“Comencé como relevista y fue un poco duro, pero me fui acostumbrando”, comentó el dominicano. “Luego realicé algunas aperturas, fui cogiendo el ritmo, pero sufrí la lesión. Ahora recuperé la rutina y me mantengo trabajando fuerte”.

“Yo me veo como abridor porque es lo que he sido en mi carrera (en ligas menores)”, agregó Díaz. “Este año me tocó ser relevista porque teníamos muchos lanzadores abridores y veteranos”.

Físico fortalecido

A Díaz le sirvió el tiempo que pasó en el dique seco para realizar trabajo físico mientras completaba su recuperación en el complejo de entrenamientos primaverales de los Padres en Peoria, Arizona. Ejercicios que, cabe destacar, no estaban enfocados en su brazo de lanzar.

“Estuve trabajando para fortalecer mis piernas”, comentó el novato. “Para afincarme mejor en la lomita, tener más separación y que la pierna delantera caiga un poco más adelante. Hasta ahora siento que lo he logrado”.

Los frutos de ese trabajo comenzaron a verse en su primera aparición tras la lesión, cuando lanzó cuatro entradas y ponchó a seis ante los Cardenales de San Luis el pasado 5 de septiembre, ambos topes personales en su corta carrera en las mayores hasta esa fecha.

“Me sentí muy bien, mucho más cómodo”, apuntó Díaz. “Siento que el tiempo que perdí no fue en vano y pude ver los resultados”.

“Siempre he trabajado duro, pero ahora tengo que hacerlo aún más para mantener mi cuerpo sano y poder terminar fuerte la temporada”, agregó.

Aún es temprano para determinar si Díaz estará en el roster de los Padres la próxima temporada, y si lo hará como abridor o relevista. Por lo pronto, el lanzador dominicano sabe que todavía tiene margen de mejora.

“Tengo que trabajar mucho porque uno nunca llega a ser perfecto”, comentó. “Me estoy enfocando en el trabajo de piernas, tratar de usarlas más en mi mecánica, forzar menos el brazo, pero manteniendo la misma velocidad. Es un poco difícil, pero poco a poco lo voy a lograr”.

Al igual que la mayoría de los lanzadores dominicanos de esta generación, el ídolo de la infancia de Díaz fue su compatriota y miembro del Salón de la Fama, Pedro Martínez.

“Todos los pitchers latinos queremos tener una carrera como la de él y seguir sus pasos”, comentó.

En esta temporada con los Padres parece haber dado ese primer paso. Al menos para comenzar a proyectarse como abridor.

Figueroa es periodista independiente.