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La guerra comercial contribuye a un boom mercantil en Tijuana

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SAN DIEGO UNION-TRIBUNE

La guerra comercial del presidente Donald Trump tal vez esté propiciando que más empresas manufactureras y otros negocios abandonen China; y debido a esta tendencia Tijuana parece ser una de las ciudades beneficiadas.

Los negocios no enfrentan aranceles en México como lo harían si permanecieran en China.

Una fuerza laboral barata y abundante, precios competitivos en bienes raíces y proximidad a los mercados estadounidenses, hacen de Baja California una opción atractiva para las empresas que quieren salir de China, de acuerdo con expertos en negocios mexicanos y estadounidenses.

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“Las compañías estadounidenses que por los aranceles estaban en China, están llegando a México”, expresó Elías Laniado, director comercial de Vesta, el desarrollador de bienes raíces industriales más grande de Tijuana. “Los aranceles nos benefician”.

Este interés adicional está contribuyendo a un repunte histórico en la economía de Tijuana. La tasa de vacantes en bienes raíces industriales de la ciudad es de alrededor del 3 por ciento, y los negocios de Tijuana emplean el mayor número de trabajadores manufactureros en la historia de la ciudad.

Algunas empresas eligen a Tijuana en lugar de California debido a los costos asequibles. Dicen que simplemente es demasiado caro hacer negocios en el estado dorado, expresó Adriana Eguía, vicepresidenta de nuevos negocios en Vesta y exdirectora del organismo privado Desarrollo Económico e Industrial de Tijuana (Deitac).

“Las compañías en el sur de California me dicen: ‘Queremos volver a Estados Unidos, pero los precios son demasiado altos con el salario mínimo, por lo que estamos contemplando que sea México. Si queremos crecer, no puede ser en California, tendrá que ser Arizona, Nevada o México”, afirmó Eguía.

Esta tendencia de empresas estadounidenses con presencia en China que se mudan a Tijuana comenzó hace unos dos años, cuando el costo de hacer negocios en China comenzó a aumentar. Una tendencia todavía más reciente es la de ver compañías chinas ingresando al mercado de Tijuana, aseveró Eguía.

En ese contexto, ¿quién se está expandiendo a Tijuana? Al parecer no son nombres muy conocidos.

“Son compañías más pequeñas o medianas”, opinó Ernesto Bravo, presidente de Tecma West, una división de una compañía más grande que ayuda a las empresas extranjeras a mudarse a México. “Son proveedores de una compañía más grande, y esa compañía más grande ya tiene presencia en México. Podrían ser industrias automotrices, aeroespaciales o médicas, y sus clientes le piden a la compañía que esté en México”.

Entre las grandes empresas con presencia en México se encuentran Samsung, Toyota, Panasonic y Foxcom, agregó Bravo.

Tecma apoya con los procesos regulatorios a las empresas que quieren llegar a Tijuana. La compañía ofrece una variedad de servicios que incluyen cumplimiento fiscal, aduanas, recursos humanos, seguridad y salud ambiental y arrendamiento.

Es difícil cuantificar cuántas empresas con sede en China se han mudado a Tijuana. Baja California no lleva un seguimiento de cuáles empresas entran o salen de la región. Además, aproximadamente la mitad de todas las empresas extranjeras que se expanden al área usan servicios que protegen la privacidad de algunos de sus clientes.

Eguía comenta que un dato indicativo es que las empresas con sede en China que están buscando asentarse en Tijuana han duplicado el número de consultas por correo electrónico a Deitac. Tres empresas chinas visitaron Tijuana en un periodo de dos semanas en noviembre, y una delegación de Hong Kong visitó Tijuana ese mismo mes.

El interés por Tijuana es tan alto que Deitac decidió enviar una comitiva a China en octubre. Los representantes visitaron Shanghai, Beijing, Shenzhen y Hong Kong con el objetivo de presentarles a Tijuana como un punto estratégico y costeable desde el cual pueden producir productos para los clientes estadounidenses.

“En la mayoría de las ciudades, las compañías comentaron que estaban volteando hacia México debido a la guerra comercial”, comentó Eguía.

Debido a la cercanía de Tijuana con Estados Unidos, los costos de envío y almacenamiento son más bajos y los ejecutivos pueden supervisar la producción desde el sur de California. Se puede manejar de Los Ángeles a Tijuana en menos de tres horas, mientras que un vuelo a China implica más de 12.

Esta nueva configuración también ayuda a la economía de San Diego. Cada trabajo creado en Baja California ayuda a generar la mitad de un empleo en San Diego, de acuerdo con Paola Ávila, vicepresidenta de asuntos internacionales de la Cámara Regional de Comercio de San Diego.

Esto se debe a que mientras que los empleos de manufactura e ingeniería van a Tijuana, las compañías que se asientan en Baja California a menudo abren oficinas mercantiles, legales y financieras en San Diego.

“De hecho, comparativamente nos beneficiamos más de las compañías que se expanden a Baja California, que las compañías que se asientan en Texas”, comentó Ávila. “Y me atrevería a decir que incluso más que las que van a Los Ángeles”.

Los expertos esperan que el auge del mercado inmobiliario de Tijuana continúe en 2019, aunque existen algunas incertidumbres con el nuevo presidente de México Andrés Manuel López Obrador.

Laniado de la empresa Vesta, quien tiene más de 40 años de experiencia en la industria, dijo que este auge de Tijuana es histórico.

“Nunca hemos tenido tanta actividad”, señaló. “Al menos durante mi vida profesional”.

CBRE, una empresa de servicios de bienes raíces comerciales y de inversión, mantiene un registro de la tasa de pies cuadrados ocupados en Tijuana desde hace años e informó que 2016 fue un año récord.

En la primera parte de 2017 hubo una desaceleración después de las elecciones en Estados Unidos, pero el mercado se recuperó rápidamente, indicó Joe Smith vicepresidente senior de CBRE.

“Para mediados de 2017 regresaron las condiciones de éxito, los negocios volvieron a estar como siempre”, explicó Smith. “Parece que 2018 será el segundo año más ocupado en términos de absorción neta y bruta que hayamos visto”.

Así como los inversionistas estuvieron preocupados por Trump en el 2017, ahora existen inquietudes por el nuevo presidente mexicano.

Se espera que López Obrador reduzca los impuestos a las empresas, duplique el salario mínimo y creé una zona económica a lo largo de la frontera. Aunque a la comunidad empresarial le agrada la cuestión de la disminución de impuestos, por otro lado está preocupada por el aumento de los salarios. Si los salarios aumentan demasiado, Tijuana podría perder su ventaja competitiva en el mercado global.

Solís escribe para el U-T.