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Ir a la universidad disminuye riesgo de Alzheimer y demencia senil

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La educación universitaria disminuye el riesgo de Alzheimer y demencia senil, aunque la mejora en tratamientos de otras enfermedades comunes aumenta su prevalencia, revelaron dos estudios presentados por la Universidad del Sur de California (USC).

“La educación superior parece proveer beneficios cognoscitivos para toda la vida, tanto por su efecto en el funcionamiento cognitivo como en una vida más larga”, resumió el estudio elaborado por la Escuela de Geriatría Leonard Davis de USC.

No obstante, otro estudio publicado igualmente en la revista científica Jornales de Gerontología Series B encontró que la mejor prevención y tratamiento de otras enfermedades comunes entre personas de menos capacitación académica ha llevado indirectamente a un aumento de las enfermedades demenciales.

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El estudio, dirigido por Julie Zissimopoulos, del Centro Schaeffer de Economía y Políticas de Salud de USC, encontró que la presencia de diabetes e hipertensión a la edad de 50 años ha sido reducida a la mitad entre 2000 y 2012.

Y aunque ello ha llevado a una mayor longevidad de estos pacientes, también ha incrementado la presencia de la enfermedad de Alzheimer y demencia senil en estas personas después de los 65 años.

“La asociación entre el aumento del logro universitario y la disminución en la prevalencia de la demencia es una buena noticia para la gente que ha completado alguna educación superior u obtenido un título”, destacó hoy Eileen Crimmins, autora del primer estudio.

“Pero, ¿qué ha representado esto para las personas menos educadas?”, cuestionó la investigadora.

“Ellos son más propensos a desarrollar demencia y vivir más tiempo con la enfermedad”, agregó.

El estudio sobre el nivel de educación y el Alzheimer fue elaborado de una muestra de aproximadamente 10.000 participantes mayores de 65 años de edad con datos de la Encuesta Nacional de Salud y Jubilación.

El análisis dirigido por Zissimopoulos evaluó una muestra de más de 27,000 personas mayores de 50 años de la misma encuesta nacional.

Los pacientes que fueron tratados en el caso de la hipertensión aumentarían su tiempo de vida con demencia -después de sobrepasar los 65 de edad- en 3,37 años en comparación con el promedio de 2,94 años.

El estudio de Zissimopoulos recomendó hacer énfasis en aquellos “tratamientos que demoran la llegada de la demencia” para que la población en general logre vivir más años sin estas enfermedades del conocimiento.

Uno de los análisis encontró que la expectativa de vida sin demencia de personas mayores de 65 años con un título universitario aumentó un promedio de 1,51 años para los hombres y 1,79 años para las mujeres entre 2000 y 2010 en relación con el promedio nacional.