Anuncio
Anuncio

Agencia local busca dar apoyo a los jóvenes que no estudian ni trabajan

Share

Se les conoce coloquialmente como ninis, dado que ni estudian, ni trabajan. En el condado de San Diego, el número asciende a 41 mil jóvenes entre los 16 y 24 años, de los cuales, cerca de la mitad son latinos.

En la mayoría de los casos, no es por falta de voluntad, sino porque las circunstancias de la vida los orillan a ello.

Jahir Castelo, de 21 años, egresó de la preparatoria en junio pasado y no ha podido encontrar un empleo. Si bien ha ido a varias entrevistas, hasta el momento no ha tenido suerte. También tiene el sueño de estudiar terapia física pero necesita dinero para cubrir los gastos de universidad.

Anuncio

“Yo no me desanimo y sigo adelante”, señaló el joven, quien adjudica a su falta de experiencia la razón por la cual no ha encontrado trabajo. Para ello, ahora invierte su tiempo en hacer prácticas profesionales en organizaciones locales.

Por ahora, dice estar en búsqueda de estabilidad. “Yo estar bien emocionalmente, mentalmente preparado para poder enfrentar el estrés que conlleva el ir a la universidad”, mencionó.

El número de ninis o jóvenes desconectados en San Diego ha ido a la baja desde 2012. Actualmente, se estima que el 9.4 por ciento de la juventud en el condado no estudia ni trabaja.

La organización San Diego Workforce Partnership (SDWP) quiere reducir la brecha a por lo menos 7.3 por ciento para 2020. Para ello, ofrecen talleres y programas a jóvenes para que puedan adquirir las herramientas necesarias para cumplir sus metas.

“Nini es la situación de hoy, pero lo que nosotros queremos hacer es cambiar el futuro”, expresó Brooke Valle, vicepresidenta de estrategia para SDWP. “Nosotros como comunidad si no los ayudamos a ellos estamos perdiendo todo lo que ellos pueden brindar”, agregó.

En otros casos estos jóvenes no tienen donde vivir o han caído en adicciones, detalló la especialista.

Pero lejos de tacharlos de flojos, lo importante es comprender su realidad. Muchos de estos adolescentes son padres, otros se ven forzados a quedarse en casa para cuidar a algún familiar, entre muchos otros ejemplos.

Se estima que un 68 por ciento de los adolescentes desconectados pertenecen a grupos minoritarios. Un 46 por ciento, provienen de familias de escasos recursos.

Jazmín Margarita Alas, recuerda que cuando tenía seis años, su hermano de 14 años tuvo que sacrificar sus tardes para hacerse cargo de ella dado que su madre trabajaba doce horas al día para poder cubrir con los gastos básicos. Esta rutina impidió a su hermano buscar empleo para ayudar en casa, dado que tenía que cuidarla.

Su hermano continuó con sus estudios, pero le fue muy difícil cumplir con sus tareas, narró la joven.

Alas, ya egresada de la preparatoria, sabe que el panorama para llegar a la universidad es complicado. En casa no quiere tocar el tema para no estresar a su mamá, quien todavía trabaja doce horas al día para poder pagar la renta y los servicios.

Recientemente, SDWP organizó un foro que atrajo a educadores, analistas y líderes electos para desarrollar estrategias que permitan “reconectar” a los jóvenes con los entornos laborales y educativos.

Entre los planes se encuentra impulsar medidas en el ámbito legislativo, pero también buscar financiamiento para más programas que asistan a estos jóvenes. La idea es también trabajar con estudiantes desde la preparatoria para que conozcan sus opciones y aspiren a la educación superior.

Y es que de no apoyarlos, se corre el riesgo de que caigan en otros problemas.

SDWP ofrece recursos y programas gratuitos para ayudar a estos jóvenes. Más información, está disponible en el portal Workforce.org.

Mendoza es periodista independiente.