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Las mujeres de Donald Trump: entre el amor y el odio

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Aunque él jura que valora a las mujeres, los hechos parecen contradecir a Donald Trump, quien en incontables ocasiones ha realizado comentarios ofensivos y discriminatorios contra el género femenino.

Al hacer un repaso de las “joyas” que han salido de su boca, resulta que para el aspirante a la candidatura presidencial de Estados Unidos, las únicas mujeres que valen la pena son aquellas físicamente atractivas.

Pero advierte que si bien sirven como adorno, se debe tener cuidado con ellas porque, básicamente, todas son unas cazafortunas, por lo que ni a sus esposas les compra joyas de las que puedan sacar beneficio económico.

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Irónicamente, son tres mujeres quienes gozan de posiciones estratégicas en su círculo más cercano, tanto político como en empresarial y personal... ¿estrategia o contradicción?

HOPE HICKS: LA BELLA VOCERA

Esta chica de 26 años, originaria de Connecticut y egresada de la Southern Methodist University con un título de Lengua y Literatura Inglesas, se encuentra en el centro del equipo de campaña de Trump.

Destaca por su juventud y atractivo físico en un medio plagado de experimentados tiburones. Antiguos compañeros de Hicks, contactados por el New York Post y el Washington Post, coinciden en destacar su ética profesional, su capacidad de análisis y calidad humana.

Hicks formó parte de la firma de relaciones públicas Hiltzik Strategies, donde trabajó de manera directa con Ivanka Trump, y en agosto de 2014 se unió a la compañía de Trump.

Su look de modelo (razón por la que algunas publicaciones la acreditan erróneamente como tal), lo debe a su afición por los deportes (fue cocapitana del equipo de lacrosse en su alma máter) y a que aparece con un outfit de la firma de moda Ivanka Trump en un post del sitio de ésta.

La vocación por la publicidad y los medios le viene de familia, pues su padre, Paul Hicks, un experto en estrategias mediáticas y manejo de crisis, es el vicepresidente ejecutivo de asuntos de comunicación y de gobierno de la NFL, y antes fue ejecutivo de la agencia global de publicidad Ogilvy.

El rol de Hicks es el de una “community manager” que apaga los fuegos iniciados por la implacable lengua de Trump, principalmente en redes sociales y ante los medios que cubren su campaña.

En otras palabras es su “domadora” y el contacto con las generaciones de jóvenes votantes que consumen medios y mensajes en su mayoría desde dispositivos móviles.

Pero si bien nadie duda de su inteligencia, no pasa inadvertido que sea una mujer de innegable atractivo físico, sobre todo porque Trump considera que, para trabajar en los medios, eso es un requisito.

“Sería políticamente correcto decir que la apariencia no importa, pero obviamente sí importa. En tu caso, si no fueras hermosa, no tendrías este empleo”, le dijo el año pasado a una reportera.

MELANIA TRUMP: LA ESPOSA SILENCIOSA

Desde el 4 de julio de 2015, la esposa del precandidato Trump no ha dicho una sola palabra. Por lo menos no en su cuenta de Twitter, donde se esperaría que tuviera un papel más activo ante las aspiraciones del empresario y político.

“Decidí no estar mucho en la campaña, pero apoyo a mi esposo al 100 por ciento”, aseguró a la cadena MSNBC, en febrero pasado.

¿La razón? Según ella, es madre de tiempo completo y busca una vida lo más normal posible para su hijo, Barron Trump, quien está por cumplir 10 años.

Melania, de 45 años, llegó en 1996 a Estados Unidos, procedente de su natal Eslovenia, donde estudió diseño y arquitectura. Antes de instalarse en Nueva York, fue modelo en Milán y París y dijo hablar inglés, francés, italiano y alemán.

Durante la conversación con MSNBC, enfrentó cuestionamientos en torno a los temas más polémicos que rodean a su esposo: la xenofobia y el trato que da a las mujeres, y sus respuestas que sonaron un tanto estudiadas y robóticas.

“Las mujeres son tratadas igual (en la organización). Las trata igual que a los hombres. Él dice lo que tiene en su corazón, lo que piensa, no se detiene si eres mujer”, justificó.

Quizá sea que Melania no está enterada de la forma en que su marido encara los ataques de los medios de comunicación y el papel que su pareja de turno juega en ello.

“Ya sabes, en realidad no importa lo que digan de ti, mientras tengas a tu lado un joven y hermoso trasero”, dijo el empresario a la revista Esquire en 1991.

IVANKA TRUMP: LA HIJA MODELO

El diario especializado Político ve en Ivanka a “la posible Primera Dama de facto” y la describe como “el lado más suave y refinado de la marca Trump, y un antídoto para la corrosividad del candidato”.

Durante una entrevista con CNN, en octubre pasado, la joven, de 34 años, intentó desmarcarse de posibles escenarios con rumbo a la Casa Blanca.

“Soy una empresaria, no una política, así que dejaré la política a otros miembros de la familia y a la gente que está envuelta en la campaña”, aseguró.

Sin embargo, su perfil y su posición sugieren podrían significar lo contrario.

En los 90 participó en campañas publicitarias de la marca Tommy Hilfiger y ahora, con 34 años, la hija del magnate y de su segunda esposa, Ivana, es la voz femenina de la familia en la campaña de su padre.

Además de tener una vicepresidencia en la Trump Organization y su propia firma de moda, esta egresada de la Universidad de Pensilvania está casada desde 2009 con Jared Kushner, con quien tiene dos hijos y espera a un tercero.

Como una de las mentes estrategas más cercanas a Trump, y quizás su principal consejera, Ivanka ha tenido que lidiar también con los insultos y guerras de palabras en los que se ha metido el precandidato.

“Si no le agrada alguien, lo expresará. Si no sintiera que las mujeres son tan competentes como los hombres, yo estaría relegada a algún rol subordinado a mis hermanos”, dijo a la revista Town & Country en su edición de febrero.

Pero quizá sea la única figura femenina a la que verdaderamente respeta el aspirante presidencial, pues ni la madre de Ivanka se ha salvado de sus insultos.

“Nunca le compraría a Ivana (su primera esposa) ninguna pieza decente de joyería o un cuadro. ¿Por qué habría de darle bienes negociables”, dijo Trump a Vanity Fair en 1990.

Figuras de peso

MARY ANNE MACLEOD

La madre del precandidato nació en Escocia en 1912 y emigró a Estados Unidos a los 20 años. En 1936, se casó con Fred Trump. Vivió en Nueva York y falleció en esa ciudad el 7 de agosto del 2000.

MARYANNE TRUMP BARRY

Es una juez de la Corte de Apelaciones de Estados Unidos, de 78 años, siempre cercana a la Casa Blanca. De acuerdo con el propio Trump, ella es quien lo ha aconsejado en su incipiente carrera política.

TIFFANY TRUMP

Concebida con su segunda esposa, Marla Maples, la chica de 23 años es la menos conocida de sus hijas, pero quien tiene más desarrollada la imagen de típica heredera estadounidense.

IVANA TRUMP

Originaria de la extinta Checoslovaquia, la ex modelo y socialité de 67 años se estableció a mediados de los 70 en Nueva York, donde conoció a Trump, con quien se casó en 1977 y de quien se divorció en 1992.

MARLA MAPLES

Fue amante de Trump cuando aún estaba casado con Ivana y la única de sus tres esposas nacida en territorio estadounidense. Estuvo casada con el magnate de 1993 a 1999.

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