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Primera mujer contra un magnate sin experiencia política se enfrentan en debate presidencial

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Con expectativas de que rompa récords de audiencia, hoy se celebra el primer cara a cara entre Hillary Clinton y Donald Trump.

El debate entre la primera mujer candidata por uno de los principales partidos políticos y el magnate inmobiliario sin experiencia política que arrasó con la nominación republicana, promete ser un momento clave de una competencia en la que Trump ha logrado cerrar la ventaja que Clinton mantuvo en las encuestas nacionales hasta inicios de agosto.

Moderado por el presentador de la cadena NBC Lester Holt, el encuentro de 90 minutos que comenzará a las 20:00 horas, tiempo de México, será así una oportunidad de atraer a aquellos estadounidenses sin idea clara de por quién votar.

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“Muchos de los simpatizantes del Bernie Sanders (rival de Clinton en la interna demócrata) aún no están completamente comprometidos con Hillary Clinton, y muchos republicanos tradicionales o de la ‘clase dirigente’ aún se sienten un poco incómodos con Donald Trump”, aseguró a REFORMA Mitchell McKinney, experto en comunicación política de la Universidad de Missouri.

“Estos indecisos pueden usar los debates para ayudar a solidificar su elección de voto”, agregó.

Más de 90 por ciento del electorado dice ya tener definido su sufragio para el 8 de noviembre. Por lo que hoy los candidatos tratarán de llegar a un grupo de entre 5 y 8 por ciento de indecisos, sobre todo aquellos que viven en estados clave como Ohio, Florida, Carolina del Norte y Pennsylvania.

Clinton llega como ligera favorita para ganar el debate, con 44 por ciento de los probables votantes viéndola como eventual triunfadora, según el diario The Washington Post, mientras que 34 por ciento cree que Trump se llevará el duelo.

Aunque sigue siendo una incógnita cuál será el estilo que el republicano adopte esta noche, expertos creen que buscará moderar su lenguaje bombástico con la intención de proyectar una imagen presidencial y que pueda atraerle grupos del electorado como las mujeres, donde está en desventaja.

“Trump buscará mostrar buen temperamento, que está preparado para ser Presidente, e intentará ser ordenado. Clinton intentará alterar (ese) plan buscando que Trump regrese a su vieja forma”, dijo Aaron Kall, experto en debates de la Universidad de Michigan.

Para Trump, el debate representa una oportunidad similar a la aprovechada en 1980 por el entonces Gobernador de California, Ronald Reagan. Éste salió triunfante después de que el Presidente Jimmy Carter lo intentara pintar como un extremista de derecha.

Sin embargo, Trump deberá enfrentarse a uno de los personajes con más experiencia en la política de EU de manera directa, sin respiros como los que llegó a tener en los debates de las internas republicanas, cuando los reflectores no estaban siempre puestos sobre él por la cantidad de contendientes.

“Ojalá que, para bien de él, esté estudiando los temas y llegue preparado”, dijo Kall, también editor del libro “Debatiendo a Donald”.

“En este debate, los moderadores tienen mucha discreción para presionar y para insistir sobre un tema y pedir cosas específicas, y va a ser un poco más riguroso”, añadió.

Aunque la amplia preparación de Clinton también podría jugar en su contra si llega a ser percibida como arrogante, como le sucedió en 2000 al entonces vicepresidente Al Gore cuando se enfrentó al republicano George W. Bush.

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