Una buena propuesta que no ayudará

Los Ángeles es una ciudad de extremos. Junto a los enormes y lujosos edificios, se levantan decenas, cientos e incluso miles de casas de campaña, lonas o cartón. En esta ciudad de contrastes, los jóvenes profesionistas que se han ido apoderando del centro de la ciudad conviven todos los días con alrededor de 25 mil desamparados que han hecho de las calles su sitio de residencia.

Muchos tienen problemas mentales, otros han sido adictos a las drogas o al alcohol o, simplemente, no tuvieron suerte y perdieron el empleo y en pocos meses quedaron en la calle.

Es tan grave el problema que, tan solo en lo que va de la administración de Eric Garcetti, la población de desamparados ha crecido un 12 por ciento, y la situación no parece que vaya a mejorar.

Por eso es de destacar la declaración de estado de emergencia que solicitaron los concejales de la ciudad para atajar el problema. Con esta medida se otorgarán 100 millones de dólares para intentar resolver los problemas de vivienda de miles de personas.

Aunque es una medida con buena intención, lo cierto es que ese dinero no resolverá, ni parcialmente, el problema que se dejó crecer durante más de 40 años. El problema principal es que no hay viviendas, y las que hay son muy caras.