La evaluación de maestros es necesaria

Desde hace varios meses he seguido con mucho interés el debate que hay en México en torno a la llamada reforma educativa.

Aunque en términos generales difiero de muchas de las reformas que ha implementado el presidente Enrique Pena Nieto, en el caso de la educación, me parece que hay un acierto. Y es que la calidad de la educación en México es deprimente.

No solo porque el presupuesto que se dedica a ese rubro no es suficiente y los planteles no cuentan con materiales didácticos, sino también porque los salarios de los maestros están por los suelos.

Todo eso le corresponde al gobierno resolverlo. Pero la parte que le toca a los maestros es vital. En esto no puede haber pretextos.

Los académicos deben aceptar su evaluación para responder por lo menos a los estándares mínimos de la enseñanza básica.

No veo por qué los maestros no puedan ser evaluados, como lo pretende la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.

Si México aspira a ser un país desarrollado, debe apoyar la educación, otorgar presupuestos y equipar las escuelas, pero también debe evaluar a sus maestros. No hacerlo lo condenará al subdesarrollo permanente.