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El glamour... de lejecitos (o de como visitar Cuba pa’ tomarse la foto)

En esta imagen, tomada el 26 de febrero de 2016, un soldado sube a un camiÛn que parÛ previamente y que transporta a trabajadores a sus casas tras la jornada laboral, en la provincia cubana de Pinar del Rio, donde el cultivo de tabaco es la principal fuente de ingresos. Los trabajadores dicen que est·n ansiosos por ver m·s beneficios de los crecientes vÌnculos de Cuba con el mundo exterior tras la normalizaciÛn de las relaciones con Estados Unidos, sin perder su pl·cida vida del ¿ltimo medio siglo. (Foto AP/Ramon Espinosa)
(Ramon Espinosa / AP)
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Parece ser que Cuba se ha convertido en el nuevo destino turístico en el mundo… y es una pena.

Quizás las cosas están pasando demasiado rápido, pero entre la premura de las grandes personalidades por arribar a Cuba y la lentitud de los cambios socioeconómicos en la isla esto puede convertirse en una tragedia… para una parte de la sociedad cubana.

En días pasados ha llegado el primer crucero proveniente de Estados Unidos, sus pasajeros fueron recibidos como héroes, entre la algarabia de muchos cubanos que por primera vez veían un barco de estas dimensiones.

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También, el reconocido Karl Lagerfeld, director creativo de Chanel, la prestigiosa casa de modas francesa, realizó la primera pasarela precisamente en el Paseo del Prado, ante la mirada ‘perdida’ de cientos de cubanos que en su lejanía, moral y socioeconómica, observaban un mundo que les es ajeno. Un evento lleno de modelos superdelgadísimas, no por el hambre o las restricciones del embargo, sino por las tendencias de la moda. Con vestimentas carísimas que ni uno de los cubanos presentes podrían adquirirlas en varias generaciones.

¿Hay que aplaudir al mundo que ahora vea a Cuba?

Hay que aplaudir que descubran un país ante su ceguera que persistió por tantos años, sin importarles que la isla estuviera ahí. Pero lo que si es inaceptable es que todo esto se haga pasando por alto a la población cubana, que por más de 50 años ha aguantado las carencias que azotan su economía por el sostenimiento de un modelo económico anticuado y un embargo estúpido.

Los cubanos no deben permitir ser pisoteados en esta apertura al mundo.

Un famoso artista de Nueva York, recién abrió al mundo una colección de fotografías que tomó en una de los vecindarios más pobres de La Habana. En las impresiones, se veían a maestras de yoga, con vestimentas de más de 200 dólares , posando entre casas semiderrumbadas, con gente vendiendo lo que pueden y otros pidiendo limosna.

¿Es ético descubrir la pobreza y exponerla con sus claroscuros al mundo, sin importarles la gente?

Muchas de estas personalidades, están llegando para ‘tomarse la foto’ y después parten, sin muchos ánimos de regresar.

En el Paseo del Prado, en donde Lagerfeld presentó su desfile de modas, es normal ver en la vida cotidiana a muchos cubanos y cubanas caminar sin dirección, muchos de ellos tratando de ganarse la vida, buscar algo de comer o simplemente matar el tiempo.

Es gente sin recursos, sin dinero. Niños con zapatillas (que no marca Nike o Adidas) juegan con pelotas improvisadas al fútbol o al beisbol. Eso no le importó a Lagerfeld. ¿Cuál es el beneficio que dejó a la sociedad cubana? A la de abajo. Porque no me salgan ahora los románticos que en Cuba no hay pobreza.

Una reconocida maestra de yoga, Seane Corn, recientemente impartió dos talleres a estudiantes provenientes, pero incorporando a estudiantes cubanos. También, visitó varias escuelas elementales, para mostrar a la niñez cubana lo que era esta disciplina. Dejó una huella.

Los Rolling Stone impactaron al mundo en su visita a la isla, pero tambiés presentaron el concierto gratuito, sin hacer apologías de la difícil realidad cubana.

Y eventos como los de Lagerfeld… ¿qué dejan a la isla? ¿Verguenza?

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