No linchen a Rafa Benítez, no todo es culpa de él que el Real Madrid ande mal

Momentos antes de escribir estas líneas, estuve debatiendo el hecho de que toda la culpa debe recaer en Rafa Benítez por la abrupta y bochornosa derrota de 4-0 del Real Madrid a manos del Barcelona el sábado en el Bernabéu.

Aunque al principio culpé al entrenador… reflexioné.

Durante la semana previa al “Clásico de Clásicos”, se habló mucho de la insatisfacción de los jugadores y aficionados por la manera defensiva que usa el técnico español. Un estilo que por naturaleza a Benítez le gusta manejar por su posición en la cancha cuando era jugador.
Fue precisamente esa presión lo que causó que Benítez abandonara su idea “ultradefensiva” para enfrentar al Barcelona.

El estratega sentó al mediocampista (defensivo) Casemiro abriendo espacio al colombiano James Rodríguez para que acompañe a Luka Modric y Toni Kroos. Ese hueco en las espaldas de los mediocampistas facilitó que Andrés Iniesta hiciera su “agosto”, por eso no fue sorpresa que saliera ovacionado por los aficionados madrilistas al final del partido. Iniesta se paseó junto con Neymar Jr. y Luis Suárez.

A pesar de este error estratégico por parte de Benítez, más por el hecho de dejarse llevar por la presión, no se esperaban enfrentar a un muy inspirado Claudio Bravo en la portería del Barsa. Fácilmente el chileno sacó tres claras de gol.

Es obvio que la superestrella de los Merengues, Cristiano Ronaldo, no esté contento con el esquema diseñado por Benítez, pues apenas en 12 juegos “solo” ha anotado ocho, sin olvidar que cinco de ellos en un juego, contra el Espanyol.

Mucho se especula que el jugador luso no quiere que Benítez continúe dirigiendo al onceno blanco, también que a lo mejor no seguirá vistiendo la camiseta del Real Madrid. Sin embargo, el hecho de que los jugadores presionaron por el cambio de esquema, que a la final terminaron pagando vergonzosamente.

Si el entrenador decide una manera de jugar, entonces como futbolista su trabajo es respetarlo y por muy Cristiano que sea, los récords personales tienen que ir a segundo plano. El experimento de Benítez le salió caro por cambiar su ideología contra un equipo al que no se le pueden dar espacios ni tiempo para esperar.

A final de cuentas es Benítez quien debe responder por su elección en el terreno de juego y eso le puede costar su puesto.