Otorgan beca en memoria de un trabajador de la biblioteca

José Luis Rodríguez pasó un año y medio trabajando en la biblioteca Lincoln Acres del condado de San Diego, pero su memoria ha perdurado por más de 10 años y puede que nunca se desvanezca.

Rodríguez fue una de las dos personas asesinadas en tres tiroteos en 40 minutos en Chula Vista y San Diego el 23 de noviembre de 2007, una noche antes de cumplir 18 años. El agresor nunca fue encontrado y no se estableció ningún motivo para el tiroteo.

El pasado 2 de diciembre, la biblioteca otorgó la Beca José Luis Rodríguez para ayudar a que una estudiante del último año en Sweetwater High School pueda continuar con su educación universitaria, misma que Rodríguez, quien estudiaba mientras trabajaba en la biblioteca, nunca pudo completar.

Greg Cox, supervisor del Condado, ofreció la beca de 500 dólares a Alison Morales, quien espera ingresar a UC Riverside y especializarse en psicología. La beca fue presentada en la décima edición anual de Celebration of Life en la biblioteca.

Rodríguez, quien se graduó de Sweetwater en 1996, asistía a San Diego City College cuando fue asesinado. Trabajaba medio tiempo en la pequeña biblioteca Lincoln Acres, en una comunidad de solo 227 acres entre National City y Chula Vista.

En la biblioteca, Rodríguez era conocido por el tiempo que pasaba con los niños: narrando historias y guiando manualidades, liderando juegos y dando tutoría. Así que, de manera apropiada, la celebración incluyó varias actividades para los más pequeños, entre las cuales estuvieron: pintura facial, animales con globos, manualidades y fotos con Santa Claus.

“Creo que a José le hubiera gustado que hiciéramos algo como esto”, dijo el gerente de la sucursal, José Ocadiz, quien fue supervisor del estudiante trabajador. “Él se interesaba por lo que tenía que ver con educación, familia y comunidad. Era un joven brillante con un futuro brillante por delante”.

El área infantil de la biblioteca fue nombrada Family Discovery Center José Luis Rodríguez y está decorada con un mosaico en su honor, que representa a un niño caminando de la mano de su hermana.

Con un beneficiario seleccionado por un comité, la beca se paga con una parte de las ventas de libros usados y otras donaciones de Amigos de la Biblioteca. Los solicitantes escriben ensayos sobre lo que los motiva a ir a la universidad.

Desde 2009 se han otorgado 14 becas.

Las primeras dos beneficiarias, Janet Nava y Mayra Bernachi, ambas se graduaron de UC Santa Bárbara y ahora son trabajadoras sociales.

Yolanda Salomón, que ahora asiste a la Universidad Biola en La Mirada, espera graduarse el próximo año con un título en enfermería.

“José Luis creía que las bibliotecas pueden enriquecer a las personas y cambiar sus vidas para bien y las becas que hemos otorgado en su nombre han ayudado a estudiantes locales a alcanzar sus metas y sueños académicos”, dijo Cox.

Ristine es periodista indpendiente.