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El edificio histórico de la estación Santa Fe está a la venta

No matter who buys it, the landmark will be retained and Amtrak’s ticketing operations will continue.

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San Diego Union-Tribune

La estación Santa Fe, uno de los monumentos más históricos de la región, está siendo vendida a un inversionista privado local con fideicomiso programado para cerrar la primera semana de noviembre.

El edificio de 102 años de antigüedad, un sitio histórico registrado a nivel nacional con las características cúpulas gemelas de mosaicos en la esquina de los boulevares Broadway y Kettner, permanecería en su lugar, según Voit Real Estate Services, que representa al comprador y vendedor.

Su uso como una estación de Amtrak también continuaría bajo el arrendamiento actual, pero el restaurante, y los usos de suelo para comercio y hotel boutique se podrían reconfigurar en el futuro.

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El corredor de Voit, Kipp Gstettenbauer, dijo que no está en libertad de revelar el nombre del comprador y los términos de la negociación. Pero agregó que la estación fue anunciada de forma privada para venta en septiembre.

“Probablemente recibió más interés que cualquier otro bien en el condado de San Diego”, dijo Gstettenbauer. “Hubo ofertas provenientes de todo el mundo”.

El trato de la estación de dos pisos no incluye el antiguo edificio aledaño, donde se encuentra el Museo de Arte Contemporáneo de San Diego.

El propietario actual es ProLogis, una compañía de bienes raíces con sede en San Francisco con 72 mil millones de dólares en activos en su administración, abarcando 684 millones de pies cuadrados en 3319 propiedades en 19 países. Adquirió la estación y la propiedad circundante en 2005 cuando se fusionó con Catellus, una rama de Santa Fe Industries, el sucesor de Atchison, TopeKa and Santa Fe Railway.

Catellus vendió anteriormente propiedades cercanas a Bosa Development, donde se han construido varias torres de condominios y otras están planificadas bajo un plan maestro de 1992 para la propiedad de 15 hectáreas.

Los detalles del actual alquiler de Amtrak no están disponibles, pero un ejecutivo de ProLogis indicó previamente que está vigente hasta el 2021 con opciones disponibles para una extensión. Las oficinas de boletos del tren ocupan una porción pequeña en el extremo norte de la sala de espera de 170 pies de largo con el resto ocupado por puestos de recuerdos y aperitivos y una taquilla de información.

Bruce Coons, director ejecutivo de Save Our Heritage Organization, llamó a la estación una de las estructuras históricas más emblemáticas de San Diego, junto con San Diego Mission, el Hotel Del Coronado y los edificios de exposición de Balboa Park.

“Un sinnúmero de historias de vida se centraron alrededor de ese edificio hasta que los esquemas de transporte cambiaron”, señaló Coons. “Todavía está ampliamente en uso”.

El edificio fue terminado a finales de 1914 y los primeros pasajeros desembarcaron la tarde del 7 de marzo de 1915, recibidos por un estimado de 5 mil espectadores. Fue justo a tiempo para atender a millones de visitantes a la exposición Panamá-California de Balboa Park y la posterior Exposición Internacional de California Pacific en 1935-36.

Era una terminal importante para soldados, marineros y la infantería de marina para el entrenamiento durante las guerras mundiales I y II y la Guerra Coreana, y los viajeros hacia y desde San Diego antes de que los aviones comenzaran a suplir a los trenes en los años cincuenta. El presidente Franklin D. Roosevelt llegó allí en varios viajes a San Diego y su sucesor, Harry Truman, llegó en él en su gira electoral whistle-stop en 1948.

El edificio fue la terminal del tren Santa Fe y San Diego & Arizona Eastern y el sistema eléctrico de tranvías de la ciudad hasta 1949. El patio fue demolido en 1954 para dar paso a un estacionamiento, ahora reemplazado por una fuente y una plaza.

Santa Fe anunció un plan de oficinas de dos torres en 1971 que fue abandonado cuando los conservacionistas históricos se quejaron, la ciudad amenazó con adquirir el edificio a través de un dominio eminente y el edificio fue agregado al Registro Nacional de Lugares Históricos, un paso que haría difícil la demolición, si no es que imposible.

David Marshall, un arquitecto de conservación histórica quien puede servir como asesor del nuevo propietario, dijo que el inmueble es un raro ejemplo de una estación de tren completamente intacta de principios del siglo XX.

“Está bien conservada no solo por el exterior, sino el interior”, dijo Marshall. “Es uno de los edificios más significativos cerca de la zona costera”.

Los puntos destacados incluyen los azulejos coloridos de cerámica, producidos por California China Products en una planta de National City, 16 candelabros de bronce y de cristal, arcos, vigas de madera y una columna de 650 pies de largo. El segundo piso alguna una vez sirvió como un hotel para pernoctar para los trabajadores del ferrocarril.

Mirando hacia el futuro, muchos planificadores y activistas cívicos han esperado que un gran restaurante o zona de comida pudiera abrirse en la sala de espera de 55 pies de ancho. El segundo piso podría convertirse en un albergue juvenil u hotel boutique. Algunos esperan que el antiguo patio, rodeado de columnas, pueda ser recreado.

Sobre todo, dijo el arquitecto Marshall, la estación puede conservar su papel de centro de transporte, sirviendo a los trenes Amtrak, Coaster, el trolley, autobuses, taxis y otros servicios de pasaje.

“La mayoría de las grandes estaciones son más grandes de lo que necesitan ser, basándose en los usos actuales del ferrocarril”, dijo. “Muchas han adoptado otros usos, ya sea de venta o de restaurante”.

Dijo que investigaciones más detalladas serán necesarias en los próximos meses para determinar reparaciones y trabajos de restauración. Expresó que el trabajo será necesario para apuntalar las torres de 90 pies y modernizar los baños.

Showley escribe para el U-T.

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