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Inmigrantes hondureños amputados piden cambios migratorios desde EE.UU.

Efraín Vásquez, miembro del grupo de hondureños mutilados llamado Asociación de Migrantes Retornados con Discapacidad, lleva en sus manos una carta que planea entregar en el consulado de Honduras en Nueva York, el lunes 15 de junio de 2015. Vásquez y otros hondureños que resultaron mutilados en accidentes en el tren conocido como "La bestia" que atraviesa México, piden a su gobierno y al estadounidense que generen empleo en Centroamérica en lugar de militarizar la frontera y deportar inmigrantes.

Efraín Vásquez, miembro del grupo de hondureños mutilados llamado Asociación de Migrantes Retornados con Discapacidad, lleva en sus manos una carta que planea entregar en el consulado de Honduras en Nueva York, el lunes 15 de junio de 2015. Vásquez y otros hondureños que resultaron mutilados en accidentes en el tren conocido como “La bestia” que atraviesa México, piden a su gobierno y al estadounidense que generen empleo en Centroamérica en lugar de militarizar la frontera y deportar inmigrantes.

(Seth Wenig / AP)
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Benito Murillo perdió una pierna y un brazo en 2005 tras caerse del tren conocido como “La bestia” en su camino hacia Estados Unidos.

Para Efraín Vásquez fue de una pierna después de la misma caída en 2001. Y el joven José Luis Hernández se quedó sin una pierna y un brazo en 2006 tras perder el equilibrio en esa formación que algunos llaman el “tren de la muerte”.

El lunes los tres hondureños, junto a otros cinco, contaron sus historias en Nueva York con el objetivo de dar a conocer ese lado de la inmigración y pedir a su gobierno y al estadounidense que generen empleo en Centroamérica en lugar de militarizar la frontera y deportar inmigrantes.

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“Es posible evitar tragedias si hay voluntad política”, dijo Hernández a un grupo de periodistas en Manhattan. Hernández cayó del tren que cruza México cuando se encontraba entre dos vagones e intentó quitarse un zapato porque tenía el pie hinchado. Tras días sin casi comer ni dormir se vino abajo, al igual que cientos de centroamericanos que cada año suben como pueden al ferrocarril con la esperanza de llegar a la frontera estadounidense.

Diecisiete miembros del grupo de hondureños mutilados, llamado Asociación de Migrantes Retornados con Discapacidad, salieron de Honduras el 25 de febrero para intentar alcanzar de nuevo su destino estadounidense, esta vez con el objetivo de difundir su mensaje.

Con la ayuda de grupos comunitarios 13 lograron llegar a la frontera, donde fueron retenidos más de un mes en el centro de detención del sur de Texas, en Pearsall. Sólo 10 lograron ingresar a Estados Unidos después de que la organización Raíces los ayudó a obtener un permiso temporal de residencia por razones humanitarias que les permitirá pedir asilo.

El lunes entregaron al consulado de Honduras una carta donde pidieron que se establezcan programas de empleo, apoyo y educación para inmigrantes que regresan a ese país.

El cónsul general de Honduras, Héctor Monroy, dijo a The Associated Press que funcionarios de su oficina se reunieron con el grupo, recibieron la carta y la enviaron a las autoridades hondureñas.

“En horas de la tarde, tomamos contacto con ellos nuevamente y conversamos con uno de sus miembros y tuvimos la oportunidad nuevamente de escucharles y de exponerle sobre los esfuerzos que realiza el gobierno de la República de Honduras para brindar una atención a nuestros nacionales fuera del territorio nacional y especialmente los programas de inclusión a favor de nuestra población retornada”, dijo Monroy.

Los hondureños dijeron que su asociación cuenta con unos 700 miembros en Honduras.

El Alto Comisionado por los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Zeid Ra’ad Al Hussein, denunció el lunes la discriminación y hostilidad con la que algunos países tratan a los inmigrantes en situación irregular. Destacó el aumento en la militarización de la frontera estadounidense y dijo que ésta “no ha sido acompañada por mejoras en los países de origen (de los inmigrantes) en cuanto a las condiciones que los empujan a emigrar”.

El presidente Barack Obama pidió este año al Congreso 1.000 millones de dólares para ayudar a los gobiernos centroamericanos a ofrecer más oportunidades a los jóvenes. La directora de políticas nacionales de la Casa Blanca, Cecilia Muñoz, dijo a AP la semana pasada que su gobierno está “muy involucrado” a la hora de ayudar a Centroamérica y que se ha esforzado en dejar claro que la travesía desde esa región a Estados Unidos es muy peligrosa.

El grupo de hondureños mutilados planea viajar a Washington el miércoles con la esperanza de reunirse con Obama.

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