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Llegar a Estados Unidos se ha convertido en una frustración: migrante hondureña

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Ana Lizet Bonilla, una hondureña de 28 años, espera esta semana el nacimiento de su hija, mientras entierra cada vez más su sueño de cruzar a Estados Unidos.

Todo su embarazo transcurrió mientras cruzaba el territorio mexicano junto con su esposo Luis Orlando Rubí y su hijo, ahora de dos años.

Huyendo de la violencia de las pandillas en su país, este mes llegaron a la Casa del Migrante de Ciudad Juárez, pero a fuerza de escuchar tantos testimonios decepcionantes, están reanalizando sus planes de cruzar hacia Estados Unidos.

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Luis Orlando cuenta que en Honduras tenía un negocio de venta de celulares, pero también de piñatas y de frutas y verduras, hasta que los pandilleros llegaron a exigirles una cuota semanal de unos 6 mil pesos mexicanos como derecho de piso.

La primera vez entregó el dinero, pero la segunda vez rechazó hacerlo y a cambio obtuvo una golpiza que provocó dejara todo y sacara a su esposa y a su hijo de su país.

“Si no pagas te hacen cualquier cosa, te pueden matar o te pueden secuestrar”, afirmó.

“Sí podía pagarlo, pero ¿qué iba a ser de mi familia? Yo puse los negocios para mi familia”, agregó.

Llegaron a México y se embarazó Ana Lizet.

Aunque lograron obtener la residencia permanente en México, aún aspiraban a cruzar a Estados Unidos, pero en noviembre, ya con cinco meses de embarazo, la noticia de la victoria de Trump los hizo replantearse su situación.

“La verdad es que no habíamos cambiado los planes hasta que miramos tanta deportación y tantas cosas que dicen de Estados Unidos”, contó.

“Mi esposo tuvo temor de que lo fuéramos a perder a él (al hijo) y a la niña, porque dicen que Trump está separando a las familias”.

El sacerdote Francisco Javier Calvillo, director de la Casa del Migrante de Ciudad Juárez, cuenta que además de Ana Lizet, hay otra migrante embarazada albergada.

Sus embarazos son vigilados por una doctora voluntaria que acude cada semana a valorar a quienes llegan al albergue, ya sean deportados o aspirantes a indocumentados o solicitantes de asilo político.

Luis Orlando, esposo de Ana Lizet, está contento porque el padre Calvillo le ayudó a conseguir trabajo en una cartonera, con lo cual podrá enfrentar los gastos por la llegada de la bebé.

Y de tener que elegir, dice que prefiere residir en Ciudad Juárez que en su país.

“Se siente mejor aquí que en Honduras”.

En opinión de Luis Orlando, Trump no concluirá su periodo.

“Yo creo que menos de cuatro años va a durar, porque si va así se va a armar una guerra”, consideró el hondureño.

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