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Mireles se queda en prisión de máxima seguridad; Gobierno federal niega su traspaso

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El diputado local del Partido Movimiento Ciudadano (MC), Daniel Moncada, calificó de absurda la justificación que dio el Gobierno federal para negarse a que José Manuel Mireles sea reubicado a una prisión de Michoacán.

“El documento es tan absurdo que se refieren al doctor Mireles con el alias de ‘El Loco Mireles’. Prácticamente lo ponen como un chacal, como uno de los peores criminales”, declaró el legislador.

En conferencia de prensa, consideró que la negativa federal obedece más a un tema de fobias que de argumentación jurídica.

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“Es curioso porque hace dos años las autoridades federales se sentaron con el doctor Mireles, platicaron con él y le pidieron su apoyo para convencer a las autodefensas a trabajar con el gobierno y ahora lo presentan como criminal de alto riesgo”, acusó Moncada.

En documentos difundidos hoy por la mañana, el Gobierno federal rechaza dar su aval para que el ex líder de las autodefensas sea reubicado de la prisión de máxima seguridad de Hermosillo, Sonora, donde está recluido desde junio de 2014.

A través de la Secretaría de Gobernación, expuso que internar al reo a una prisión estatal pondría en situación desfavorable al sistema penitenciario local y federal.

Según el escrito, la negativa tiene también su base en un estudio clínico criminológico que muestra al detenido como un delincuente en estado peligroso alto.

En conferencia de prensa, Moncada hizo un llamado al Gobierno de Michoacán para sostener su disposición a recibir a Mireles en la prisión de Mil Cumbres, como lo solicitó la defensa ante el Juzgado Quinto de Distrito.

Ignacio Mendoza, abogado de Mireles, anunció que interpondrá una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) por actos del Gobierno federal en agravio de su cliente.

Para el también ex subprocurador de Justicia en el Estado, el objetivo de la Federación para mantener al activista en una prisión a mil 600 kilómetros de Morelia, es entorpecer la defensa y mantenerlo preso a toda costa.

“Cuando vamos no podemos entrar con la lápiz ni papel y nos lleva seis horas de espera para hablar con él solamente 20 minutos. Él no está en una prisión, está en un campo de concentración”, acusó.

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