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16 pesos por un dólar, complicado el panorma financiero de México

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El desplome de los precios del crudo y la depreciación del peso frente al dólar han puesto en jaque las finanzas de las dos principales empresas del Estado mexicano, Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en un año clave para la implementación de la reforma energética.

Según expertos del sector, estos dos factores han sido fundamentales en los resultados negativos de ambas compañías en el primer semestre de 2015, así como la abultada carga que representa el pago de las pensiones.

Petróleos Mexicanos (Pemex) reveló el martes en su informe de resultados que duplicó sus pérdidas netas, al pasar de 88.249 millones de pesos en el primer semestre de 2014, a 185.176 millones de pesos (11.895 millones de dólares) de enero a junio pasado, lo que representó un aumento del 110 %.

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En tanto, las pérdidas de la compañía eléctrica crecieron en un 156 % a tasa anual, desde los 13.900 millones de pesos, hasta los 35.592 millones de pesos (unos 2.224 millones de dólares).

Ambas compañías se han visto afectadas por la depreciación del peso mexicano respecto del dólar, ya que una buena parte de sus insumos son denominados en dólares, mientras que sus tarifas y precios están “básicamente en pesos”.

Las gasolinas, por ejemplo, no reflejan la variación del dólar y las tarifas de la energía eléctrica, especialmente las residenciales, no se mueven en función de los cambios en la cotización de la divisa estadounidense, explicó una fuente del sector.

El primer semestre de 2014 el dólar rondaba los 13 pesos mexicanos, mientras que de enero a junio pasado pasó de los 14,82 a los 15,69 pesos, una volatilidad que crecerá, según ha dicho hoy el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuando la Reserva Federal de EE.UU. (Fed) decida elevar los tipos de interés.

La disminución de los ingresos de Pemex por la caída del 27,9 % en las ventas también afectó los resultados, al igual que un precio de la mezcla mexicana que apenas supera los 50 dólares el barril, cuando un año atrás estaba en los 100 dólares.

La producción de crudo sigue en picada, con 2,2 millones de barriles diarios, cuando hace una década alcanzaba los 3,5 millones de barriles.

El analista de la industria energética David Shields consideró “muy negativo” el resultado de Pemex y lamentó que al interior de la compañía pública no haya acciones para revertir dicha situación.

“Cuando una empresa pierde mucho dinero, tiene que hacer ajustes”, pero eso no sucede en la petrolera, donde -dijo- hay un exceso de personal, unos 180.000 trabajadores, “lo que es absurdo”.

“No se notan acciones de la dirección”, insistió Shields, quien dijo que si bien en general la reforma energética impulsada por el presidente de México, Enrique Peña Nieto, “es positiva”, con precios del crudo muy bajos “no puede haber buenos resultados para Pemex ni para las compañías privadas ni para los proveedores del sector”.

“Eso desajusta toda la industria petrolera”, incluidas las expectativas generadas por la apertura del sector al capital privado después de siete décadas de monopolio estatal.

Respecto de la CFE, otra fuente del sector que pidió el anonimato dijo que la empresa sigue “cargando con el lastre de la fusión de los activos y obligaciones de Luz y Fuerza del Centro (LyFC)”, la compañía estatal liquidada en 2009.

En octubre de ese año, el entonces presidente Felipe Calderón extinguió por decreto y de manera sorpresiva a LyFC, lo que llevó al despido de 44.500 trabajadores y a que la CFE asumiera las operaciones de la firma cerrada.

En opinión del experto, otro factor fundamental que explica las pérdidas es el flujo de dinero de las pensiones de ambas empresas ya que pesan sobre sus resultados.

En ese sentido, recordó que una fecha clave en la implementación de la reforma energética será el próximo 11 de agosto, cuando vence el plazo para que las compañías hayan renegociado sus regímenes de pensiones de acuerdo con la ley.

Recordó que la ley indica que por cada peso que logren mejorar dicho régimen, el Gobierno pondrá otro, por lo que “habrá que estar vigilantes” de este proceso, que calificó como un hito para el país y la reforma energética.

Los pasivos laborales de ambas empresas ascienden a 1,9 billones de pesos (unos 117.067 millones de dólares), equivalente al 10 % del producto interno bruto (PIB) de México.

Sobre los beneficios de esta reforma, la más importante de las aprobadas en la actual administración, consideró que serán “infinitamente menores” a los esperados.

Es “demasiado aventurado” pensar que habrá “una mejoría en la calidad de vida de las personas”, como ha asegurado el Gobierno, añadió.

Por ejemplo, dijo, “la expansión del parque eléctrico de este país que estaba estimada para 60 mil megavatios para los próximos 15 años es la misma que se puede esperar el día de hoy después de la reforma”.

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