Con insultos, burlas y reclamos despiden al presidente de México (Galería)

Enrique Peña Nieto dio su último Grito de Independencia como presidente de México desde el Zócalo de Ciudad de México, acompañado de su familia, ante 'acarreados' y sin llenar el recinto y en Twitter muchos usuarios de la red social lo despidieron con insultos, sarcasmo y burlas.

Así pasaron factura al presidente en cuyo mandato abundaron los escándalos de corrupción de funcionarios, la inseguridad y violencia marcó los niveles más alto de la historia de México, donde la impunidad se volvió moneda común.

A continuación el mensaje del presidente que cierra su sexenio entre sombras, reprobado en su gestión por la ciudadanía y opacado por la figura del nuevo mandatario Andrés Manuel López Obrador.

Y los tuiteros se le fueron con todo...

No se olvidaron de la esposa del (aún) presidente

Casi la mitad del Zócalo fue reservado a los 'invitados' ('acarreados' = gente que por dinero y comida acude eventos) mexiquenses para aplaudir el Grito de Peña Nieto.

Casi la mitad del Zócalo fue reservado a los 'invitados' ('acarreados' = gente que por dinero y comida acude eventos) mexiquenses para aplaudir el Grito de Peña Nieto.

Llevados en camiones desde municipios del Estado de México, los ciudadanos, con pulseras y distintivos de 'invitados especiales' ocuparon la plancha en su franja más cercana al balcón presidencial.

Sin embargo, ante lo vacía que estaba la parte cercana al balcón presidencial, se permitió el paso al público que no tenia calcomanía ni pulsera.

Previa a la ceremonia, policías federales y elementos del Estado Mayor Presidencial (EMP) endurecieron la revisión de los asistentes al inspeccionar bolsillos de pantalones, camisas, chamarras y bolsos de las mujeres a detalle.

En total, según autoridades federales, asistieron a la plancha del Zócalo alrededor de 50 mil personas... aunque se veían menos de 5 mil, con grandes huecos en el lugar, en un fiel reflejo de la decepción de la población con el mandatario saliente por las nulas mejorías prometidas, a pesar de los discursos y cifras optimistas oficiales.