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Algunas opciones de ‘legalización’ para los niños centroamericanos

Un agente de la Patrulla Fronteriza guía a dos menores detenidos en la frontera cerca de La Grulla, Texas.

Un agente de la Patrulla Fronteriza guía a dos menores detenidos en la frontera cerca de La Grulla, Texas.

(John Moore / Getty Images)
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Hace dos años, decenas de miles de niños que huían de las naciones centroamericanas con problemas llegaron por bandadas a la frontera suroeste, encendiendo protestas nacionales sobre las políticas de inmigración mientras que las abrumadas agencias federales trataban de encontrar lugares para alojar y procesar a los niños.

Los efectos de ese aumento continúan creando tensión en las comunidades y las agencias federales. Desde 2014 se han entregado más de 100,000 niños a personas responsables, por lo general miembros de la familia o parientes, de los cuales más de 11,000 se establecieron en California, según datos federales.

Los Ángeles ha recibido a 5776, el número más grande de todos los condados en el estado. San Diego ha recibido solo una fracción de eso, unos 359 menores. Todos están a la espera de una determinación de su destino migratorio, si van a quedarse a través de una solicitud de asilo exitosa o simplemente desaparecer y vivir sin permiso en las comunidades en las que sean colocados.

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Sin embargo, un número cada vez mayor, con la ayuda de una creciente red de abogados y defensores, está encontrando otra solución potencial. La llegada de los niños ha provocado un fuerte aumento de un programa de inmigración poco conocido que puede proporcionar a algunos con un camino hacia la legalización.

El número de peticiones para el estatus de Inmigrante Especial Juvenil (SIJ) presentadas ante el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos han aumentado 187 por ciento desde 2013 hasta el año pasado, según los documentos.
El número de aquellas peticiones que han sido aprobadas también aumentó considerablemente, de 3,431 en 2013 a 8,739 en 2015, según datos del gobierno.

Conseguir la condición de Inmigrante Especial Juvenil puede ser importante, ya que allana el camino para que los beneficiarios se conviertan en residentes permanentes legales, al obtener una green card que les permita vivir legalmente en los Estados Unidos.

Los defensores lo ven como una alternativa humanitaria disponible solo para aquellos niños que huyen de abuso, negligencia o que fueron abandonados en sus países de origen. Sin embargo, algunos críticos dicen que el programa deja ver una debilidad en el sistema de inmigración que abre una puerta trasera para que algunos obtengan estatus legal.

Independientemente de los méritos, el programa sigue creciendo. Durante años, el Servicio de Inmigración tuvo un atraso de peticiones pendientes de menos de mil. Pero el año pasado la cifra fue de 4357.

“No creo que podamos negar que hay decenas de miles o más niños que potencialmente van a ser capaces de ver esto como una vía para permanecer en los Estados Unidos”, dijo Jessica Vaughan, del Centro de Estudios de Inmigración en Washington, D.C. El grupo aboga por controles de inmigración más estrictas.

“Se ha convertido en una ruta migratoria por la puerta de atrás para los niños que de otro modo no podrían conseguir un estatus legal”.

Los niños que buscan el estatus de inmigrante especial deben ir primero a los tribunales de menores, de familia o juzgado testamentario y pedir a los jueces hacer constataciones legales que declaren que son menores inmigrantes especiales. Este estatus se basan en diversos criterios, incluyendo que el niño sea víctima de abuso, negligencia o abandono, y que regresar a su país de origen no sea en el mejor interés del niño.

Los tribunales estatales no hacen un seguimiento de cuántos de esos casos resuelven los jueces al año, según un portavoz del Consejo de la Judicatura, los brazos de formulación de políticas del sistema judicial del estado.

Con la conclusión del juez en mano, el menor posteriormente realiza una solicitud al servicio de inmigración, que revisa los hallazgos de la corte y las pruebas antes de decidir sobre la concesión del estatus especial de inmigrante. La mayoría de las aplicaciones son aprobadas; en 2015, los registros muestran que 412 fueron negadas, mientras que 8739 fueron aprobadas.

El aumento en el número de niños bajo el estatus SIJ, mientras que aumentó, aún representa solo una parte del número total de niños que han sido detenidos viajando solos en las fronteras.

Ese número fue de 38,759 en el 2013 para alcanzar un récord en el 2014 de 68,541, según los datos de Aduanas y Protección Fronteriza. El aumento repentino en el 2014 dio lugar a una protesta nacional ya que el gobierno batalló para encontrar lugares para alojar a los niños.

En junio del 2014, manifestantes en Murrieta hicieron que autobuses que transportaban a 140 niños y familias que estaban siendo llevados a una instalación para procesamiento tuvieran que cambiar su destino. En Escondido, el Ayuntamiento rechazó una aplicación para convertir una casa de cuidados en un refugio para los niños que viajaban solos.

En el 2015, el número de detenciones se redujo a 39,970 debido en parte a los esfuerzos de la administración de Obama de trabajar con los gobiernos de Centroamérica para detener el flujo para disuadir a los niños de salir de sus países y caminar hacia el norte.

Pero los números parecen estar aumentando de nuevo. Hasta finales de febrero las detenciones aumentaron un 89 por ciento respecto al mismo período del año pasado, de acuerdo con el departamento de aduanas.

No todos están de acuerdo en que el aumento de las aplicaciones para la clasificación especial es solo a causa de la ola sin precedentes de menores de edad que llegaron a la frontera sudoeste a partir del 2014. Los defensores dicen que el aumento, combinada con una creciente presencia de abogados y grupos defensores de derechos de los niños que saben que el programa está disponible, ha llevado a que haya más aplicaciones.

Otro factor que fue clave para la ley que estableció el programa SIJ tuvo lugar en el 2008. La ley original, aprobada por el Congreso en 1990 para ayudar a niños extranjeros que vivían en la calle, que eran huérfanos o víctimas de abuso, decía que para calificar, un niño tenía que ser elegible para el cuidado de crianza a largo plazo, y la reunificación con ambos padres no era posible o en el mejor interés del niño.

En una enmienda del 2008 a la Ley de Reautorización de Protección de Víctimas de Tráfico, eliminó el requisito de cuidado de crianza a largo plazo y el estándar de reunificación cambió. Ahora un niño es elegible si la reunificación con “uno o ambos padres” no es posible.

“Eso fue un cambio significativo”, dijo Kristen Jackson, abogada con el grupo legal de interés público de Los Ángeles Public Counsel, quien ha trabajado en estos casos desde 2003. “Abrió la posibilidad de que algunos niños que pueden reunificarse con uno de sus padres, pero no con ambos, puedan obtener el estatus”.

Las respuestas a las peticiones SIJ en el tribunal estatal han variado. “Hay algunas áreas del país donde los jueces de los tribunales estatales nunca habían visto este tipo de peticiones en el último par de años. Y hay otras partes donde los jueces son mucho más conscientes de ellas”, dijo Mindy Phillips, miembro de la clínica de inmigración del Centro Legal del Este de la Bahía en el condado de Alameda, que ha tenido el segundo mayor número de niños que se establecieron con cuidadores en el estado.

Datos federales muestran que los menores que viajaban solos fueron colocados en los 50 estados. Texas tiene la mayoría, con 12 887, seguido de California con 11 924 y Nueva York con 10 296. El gobierno limita el número de visas especiales que pueden ser emitidas al año a diez mil. Cuando se alcanza ese límite, algo que podría suceder este año, los que tienen solicitudes pendientes pueden permanecer en los Estados Unidos legalmente hasta que se tome una decisión.

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