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Festival “Viva la tradición” rinde emotivo tributo a la memoria de Nati Cano

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La tradición incluye variados ingredientes emocionales, entre ellos la música, protagónica e indispensable, y el baile, en su expresión más auténtica, como reflejo de un pueblo que vibra con su patrimonio cultural y lo expone con orgullo a través del tiempo.

Todo eso y mucho más se pudo apreciar en la repleta sala San Gabriel Mission Playhouse, donde se llevó a efecto la cuarta edición del festival “Viva la Tradición”, dedicado este año a rendirle un especial tributo póstumo a Nati Cano.

Legendario músico y arreglista mexicano, autoridad internacional en su ámbito profesional, experto en la vihuela y el violín, director durante muchos años del Mariachi Los Camperos basado en Los Ángeles, Cano falleció el pasado 3 de octubre a la edad de 81 años.

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“Empezamos ‘Viva la Tradición’ hace tres años con este mismo tributo en el Ford Amphitheatre”, dijo a HOY Susie García, productora ejecutiva del evento y directora del Mariachi Femenino Colibrí. “Este es un ‘reprise’ (repetición) a raíz de su muerte y porque hubo numerosas personas que no pudieron estar en ese primer festival”.

Agregó que “debido a la remodelación del Ford, que pertenece al condado de Los Ángeles, este año trajimos nuestro show a la misión de San Gabriel, que tiene mucha historia”, agregó.

Más que un énfasis parcial o una simple mención de su nombre, el tributo de ‘Viva la Tradición’ a Nati Cano cubrió el programa de principio a fin, con la presencia en el escenario de José Armando Ronstadt como maestro de ceremonias encargado de leer breves reseñas históricas que contextualizaron la trayectoria del homenajeado.

Sentado de manera casual sobre un banco, evocativo del entorno de cualquier parque público, su participación permitió conocer interesantes pasajes sobre su vida y legado, como aquella anécdota que se le atribuye al desaparecido maestro quien en una ocasión el condado de Orange le preguntó al público si conocían “La Bamba”.

Al tener como respuesta un sonoro y categórico “sí”, Nati Cano contrarreplicó: “muy bien, pero no la vamos a tocar porque, además de ‘La Bamba’, hay mucha otra música mexicana que es parte de nuestra tradición”.

Este episodio también lo recogió el diario Los Angeles Times al informar del fallecimiento del músico en octubre del 2014.

Igualmente, se hizo referencia a su convicción personal de que había que “sacar al mariachi de las cantinas” y educar a los niños y a los jóvenes sobre este tipo de música tan representativa de México, labor que desarrolló en UCLA (Universidad de Calfornia en Los Ángeles) y en otras instituciones.

De extraordinario colorido y repertorio variado y completo, este cuarto ‘Viva la Tradición’ contó con la participación del Mariachi Los Camperos, el Mariachi Garibaldi de Jaime Cuéllar, Mariachi Las Colibrí, la solista Mónica Treviño, el floreador Tony Muñoz y la magia de su reata, el Ballet Folklórico Ollín y el Ballet Folklor Pasión Mexicana.

Especialmente emotiva fue la presencia de una formación de mariachi infantil procedente del Valle de San Fernando cuyos promisorios artistas son beneficiarios del Master Apprentice Program implementado por Cano.

Como formato del espectáculo musical predominaron los popurrís y, como siempre, la simple mención de uno dedicado a las canciones de José Alfredo Jiménez arrancó una ovación del público.

Otro de los momentos cumbres de la noche fue la nostálgica representación de un segmento basado en el repertorio de rancheras, huapangos y sones de los álbumes “Canciones de mi padre” (1987) y “Más canciones” (1992) de Linda Ronstadt acompañada de Los Camperos de Nati Cano y hasta hoy récord de venta en Estados Unidos para una grabación en un idioma que no es el inglés.

En otro segmento se aludió directamente a La Fonda, el restaurante típicamente mexicano situado en la zona de McArthur Park, próxima al centro de Los Ángeles, que fuera propiedad de Nati Cano y sede permanente de Los Camperos ahora dirigidos por Chuy Guzmán.

En materia de logros, por sus coreografías, despliegue de vestuario y radical autenticidad, fueron muy aplaudidas las oportunas y bien elaboradas actuaciones de ambos ballets folklóricos, que mostraron con dinámica eficacia la energía de sus zapateados y las plásticas evoluciones del tradicional jarabe tapatío.

Todo un aporte, por el simbolismo de una larga trayectoria junto a su ahora extinto director, Los Camperos apelaron magistralmente a su experiencia para levantar al público de tal manera que lo hicieron cantar como si fuera un enorme coro, sobre todo cuando iniciaron los acordes del “Ella” de José Alfredo que a lo mejor se oyó en todo el valle de San Gabriel.

Alegre, por momentos solemne e informal, emotivo y espiritualmente cercano a muchos de los asistentes, más que un tributo justicieramente merecido este fue un evento que renueva el mensaje de un Nati Cano cuyo legado se traduce en inspiración para quienes lo conocieron y, gracias a sus grabaciones, siguen disfrutando de su música.

En pocas pero elocuentes palabras quien mejor lo resumió fue Susie García: “Él nos convenció de que ‘sí se puede’ y es importante amar y sentir la música, nuestra música, y sentirnos orgullosos de ella”.

El festival “Viva la tradición” demostró el sábado que el mensaje de Nati Cano sobre la música, el baile y la hermosa tradición del mariachi sigue más viva que nunca.

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