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Un negocio que no marchita: ‘Todos queremos flores para nuestros muertos’

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Las mañanas estaban frías, pero eso no le importó a los vendedores del Distrito de Las Flores ni a su clientela, que llegó al centro de Los Ángeles, para darle vida a sus negocios en el Día de Muertos.

Natalia Granados sacó un billete de 50 dólares para comprar unas flores de cempasúchil, famosas por su intenso color amarillo y su uso en las ofrendas.

“Cada año vengo de compras durante octubre y principios de noviembre, para llevarles algunos arreglitos a mis seres queridos al cementerio”, dijo la residente de L.A.

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Este año como cada otro, Granados se unió a los más de 250 mil clientes que entraron al jardín de concreto para consumir diferentes tipos de flores para sus muertos, según Los Ángeles Flower District, una asociación de negocios en el centro y sur de la ciudad.

“Todos queremos flores para nuestros muertos, por lo que este es un negocio que nunca muere”, dijo José Gómez, vendedor ubicado en una de las seis manzanas del centro angelino.

“Durante todo el año vemos gente, desgraciadamente la muerte no escoge el día en que nos lleva. Sin embargo, para estas fechas definitivamente tenemos mucho más clientes, yo diría que más que el Día de la Madre”, sostuvo Gómez.

Un ramo de 10 flores de cempasúchil se vende a 5 dólares, por tres ramos se dan a unos 10 dólares, mientras que los arreglos pequeños que incluyen éstas y otras flores cuestan de 25 a 50 dólares.

La gente que busca arreglos más elaborados, encuentra las coronas hechas al momento a 75 dólares o más.

Mónica González, vendedora en las calles Wall y 7, añadió que su jefe compró todo una camión extra de rosas, claveles, margaritas y cempasúchil solo para el primero y 2 de noviembre.

“Vino lleno casi todo un camión parecido a los comerciales que se usan en las mudanza… La gente busca variedad y hay también mucha competencia entre más de 200 negocios solo dentro del distrito”, dijo González.

De acuerdo a la historia de la zona, en 1905 James Vawter, un destacado productor de claveles de Santa Mónica, estableció en la calle Spring el primer mercado de flores.

Para 1910, los agricultores locales organizaron un mercado de flores, que incorporaron en enero de 1912, a lo que se le conoció como el Mercado de Flores del Sur de California y estuvo ubicado durante un tiempo en 421 Wall Street, según Los Ángeles Flower District.

Pocos años después, los inmigrantes europeos, que no podían participar en el mercado de flores japonés-estadounidense, comenzaron a unirse para ofrecer sus flores cultivadas localmente.

En 1917 se organizaron y, en enero 1921, se incorporaron como el mercado de floristas de Los Ángeles, el mercado de flores en Winston Street entre las calles Cuarta y Quinta.

Finalmente, ambos mercados se trasladaron a barrios más grandes en la cuadra 700 de South Wall Street en L.A., donde operan actualmente como el núcleo del Distrito de Flores más grande del país.

A juicio de Ana Luisa Esquivel, cliente del distrito, no hay un lugar como este.

“Hay variedad de flores, arreglos, tamaños, colores y estilos, pero lo más importante, también hay variedad de precios, y como cliente puedo llegar a diferentes acuerdos con los vendedores para que los dos resultemos ganando”, dijo la consumidora.

“Yo revivo las tumbas de mis muertos y ellos sus negocios”, concluyó Esquivel.

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