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No tendrán agua ni luz dispensarios de marihuana que se atrevan a operar en Pasadena

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A pesar de estar renuentes a la apertura de dispensarios de marihuana en sus vecindarios, varias ciudades ya se encuentran estudiando la posibilidad de aceptar estos negocios y creando ordenanzas para ellos. Sin embargo, la ciudad de Pasadena no es una de ellas.

El concilio de esa ciudad ha aprobado una ordenanza que a partir de junio le niega a los dispensarios el agua y la electricidad; una acción que tiene a los empresarios de este hierba enojados y a muchos residentes contentos.

Mientras que la marihuana medicinal y recreativa es legal en California, Pasadena bloquea la apertura de los dispensarios a través de su código de zonificación. Por lo tanto, la apertura de un negocio de este tipo es una violación al código de la ciudad.

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Se estima que Pasadena cuenta con más de una docena de dispensarios.

“Como padre de familia sería bueno que cada negocio de este tipo se hiciera virtual para desaparecer de los vecindarios, de los hijos de nuestros niños y jóvenes”, dice Alberto Robles, residente de Pasadena.

“Si la ciudad ha tomado la decisión de retirarles el agua y la electricidad por establecerse en nuestros barrios, definitivamente el plan es positivo si no queremos ver un incremento en crímenes”, asegura por su parte, Irma Domínguez, otra residente.

La nueva ordenanza le permite la ciudad cancelar las utilidades a cualquier negocio ilegal hasta cuatro meses seguidos, lo que esperan desaliente a los empresarios y cierren sus negocios. Sin embargo, si el negocio ilegal está conectado con un negocio que es legal, la ciudad no puede proceder a implementar la regla, según documentos del concilio.

Asimismo, todo dispensario ilegal tendrá el derecho de recibir cuatro multas por la violación del código y una carta de aviso 10 días antes de que se les niegue el agua y la electricidad.

“Definitivamente nos estamos moviendo en la dirección correcta”, señala la concejal Margaret McAustin. “Hemos sentido que nuestras manos están atadas a cerrar estos negocios ilegales, así que apoyo el plan”, agrega.

Pero no todos están de acuerdo con el nuevo reglamento, varios dispensarios sostienen que sin estos servicios tendrían que mudarse a otros lugares para dejar a cientos de enfermos en busca de la marihuana en las calles.

Shaun Szameit, presidente de Golden State Collective y quien opera un negocio en Pasadena, indica que la ciudad no debería estar haciendo prohibiciones al mismo tiempo que revisa regulaciones para cumplir con la ley que permite a los negocios de marihuana recreacional establecerse abiertamente.

“Esta acción punitiva amenaza la viabilidad de mi negocio y podría afectar severamente a mis empleados y pacientes”, dice Szameit.

Joseph Blair, quien se dice consumidor de la marihuana medicinal, señala que las ciudades como Pasadena están haciéndoles la vida imposible a los enfermos.

“Yo sufro de artritis, las medicinas que me piden que tome son fuertes e impiden hasta que yo esté despierto. Con la marihuana que compro de un negocio en mi ciudad, puede hacer muchas cosas y sentirme bien. No entiendo por qué la ciudad busca condenar a los que buscamos este producto de manera segura”, dice Blair.

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