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Residentes se quejan de no tener voz en proyecto masivo que les afectaría su calidad de vida

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Más de una decena de residentes y activistas locales salieron para protestar un proyecto masivo, que alegan los sacará del vecindario, les subirá las rentas de sus departamentos y les traerá más tráfico y más contaminación a su comunidad ya dañada.

Los afectados se quejaron de no tener voz ante el gobierno local y pidieron una extensión de 90 días en lugar de 47 para revisar un estudio ambiental del proyecto “SoLA Village”, que contiene más de 3 mil páginas.

La construcción entre las calles 21 y Main, consiste de 1,444 unidades de apartamentos de lujo en dos edificios de 30 pisos cada uno, espacio para un hotel de 308 cuartos, 162 mil pies cuadrados para espacio comercial y 2,733 estacionamientos.

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No obstante, SoLa Village será construida a unas cuadras de tres escuelas y los hogares de cientos de residentes que sufrirán de la peor calidad de aire durante los cinco años que tome el proyecto en culminar, dijo Benjamín Torres, presidente de CD Tech, una organización que lucha por conservar las viviendas económicas.

Según Torres, el “ estudio de ambiente a parte de contaminación revela congestión de tráfico y el probable aumento de rentas de los apartamentos que rodean el proyecto, lo que puede forzar a muchas familias a perder sus hogares”.

Este estudio de la ciudad es reforzado por otro estudio de Human Impact Partners, una organización que conduce investigaciones sobre políticas y salud publica, sostiene que decenas de negocios pequeños también tendrían que marcharse, unos 43 mil residentes podrían perder su hogar y cientos de familias podrían sufrir de estrés tras la construcción.

Cynthia Bryant, dueña de negocio, declaró que ella ya está estresada. Dijo que la comunidad necesita una extensión de 90 días para revisar el estudio y para hacerle saber al gobierno las preocupaciones de los residentes y negocios.

Sin embargo, “en los últimos meses, los activista de por lo menos 10 organizaciones hemos reunido alrededor de 300 firmas para entregarlas al alcalde Eric Garcetti y el concejal Curren Price, pero nadie las ha querido recibir”, dijo Bryant, miembro de United Neighbors in Defende Against Displacement.

Una de las firmas fue de Erendida Morales, una residente con más de 12 años en el vecindario del sur de Los Ángeles.

“Me preocupa la contaminación y me preocupa quedarme sin hogar, pues hay departamentos de un solo cuarto que aún puedes encontrar a 700 dólares. Con los nuevos apartamentos, un solo cuarto estaría a mínimo 1,200 de renta. Algo que no puedo solventar”, dijo la señora madre de tres hijos menores de 12 años de edad.

Respecto al proyecto, la doctora Beatriz Solis, de The California Endowment Organization, señaló que la comunidad no está en contra de la construcción, pero que es necesario tener desarrollos donde nadie salga perdiendo.

“No existe una comunidad que no quiera inversión o crecimiento”, pero “pedimos mejores vecindarios con los mimos vecino”, dijo Solis.

Por su parte, el concejal Price enfatizó que el proyecto se llevaría a cabo en dos lotes que actualmente no están siendo ocupados.

“Me sorprenden las quejas porque hemos trabajo muy de cercas con la comunidad para este proyecto”, dijo Price.

“Las organizaciones piden una extensión que no les podemos dar porque no podemos doblar las reglas. Lo que aclaramos es que la construcción traerá más de 600 empleos permanentes y no se va tirar ningún edificio”, sostuvo el concejal.

Aunque “los precios de las rentas van a subir en algunos lugares queramos o no. Para esto estamos trabajando muy de cercas para construir viviendas económicas.

Los grupos esperan juntar mas firmas y pedir una reunión con su concejal loca antes del 2 de noviembre, fecha en que se pueden dar los últimos comentarios al estudio de impacto ambiental.

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