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Piden alto a la violencia contra policías en funeral de dos oficiales muertos

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Autoridades, jefes de oficinas de control del orden y líderes de la comunidad angelina mostraron hoy su respeto a los dos oficiales de la policía del Sur de California muertos por un hispano en un ataque no provocado, durante funeral donde pidieron que pare la violencia contra los agentes.

“La amenaza que sufren los miembros de la policía hoy en día es muy real y ninguna comunidad se exceptúa de esa trágica realidad”, dijo el jefe de policía de Palm Springs, Brian Reyes, durante el servicio realizado en el centro de convenciones de la ciudad.

Reyes destacó que la muerte de los dos oficiales fue el primer asesinato en todo el año en esta ciudad situada a unos 160 kilómetros al sureste de Los Ángeles, y aún así pidió un alto a la violencia contra las autoridades.

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Afirmó que los miembros de las fuerzas del orden de todo el país “ya están cansados de este comportamiento inaceptable”, por lo que invitó a la comunidad a la responsabilidad personal.

“La gente tiene que tomar responsabilidad por sus propios hogares, y dejar de ignorar las señales de un comportamiento violento escalado”, dijo Reyes.

Los agentes José Gilbert Vega, de 63 años de edad, y Lesley Zerebny, de 27, tocaron a la puerta de una vivienda en la ciudad el pasado 8 de octubre como respuesta a una llamada por una pelea doméstica.

Desde dentro, John Félix, de 26 años, con antecedentes policiales y señalado como un pandillero local, se negó a abrir y a cooperar con los oficiales.

Mientras otros agentes de la policía, que habían acudido a la llamada, se preparaban fuera de la residencia con el propósito de convencer a Félix a entregararse, éste -sin previo aviso- disparó desde adentro a través de la puerta hiriendo a tres agentes de policía.

Vega y Zerebny murieron a causa de los disparos, mientras que el tercer oficial -no se identificó- se recuperó posteriormente en un hospital local.

La policía capturó al hispano doce horas después en una operación en la que participaron miembros de las fuerzas especiales SWAT.

El oficial Vega era un experimentado policía con 35 años de servicio y padre de ocho hijos, que tenía previsto retirarse en diciembre.

La agente Zerebny, con año y medio en la fuerza y madre de una bebé de cuatro meses, había regresado recientemente de su licencia de maternidad.

Este 13 de octubre, Félix se declaró inocente de dos cargos de asesinato en primer grado con agravantes, que le hacen elegible para la pena de muerte.

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