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‘No es justo que me hayan quitado a mi hijo así’

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Con fotos de su hijo en la mano, las lágrimas brotaban en el rostro de Juan Méndez. El crimen del jovencito de 16 años, ocurrido a principios del 2016, removió sus sentimientos luego que su abogado presentara un video que respalda la demanda archivada este día en la corte federal de Los Ángeles.

“Esto es lo que quedó de mi hijo”, dijo el padre al levantar las cenizas, después de compartir fotografías en las que se veía a José Méndez con uniformes de equipos de futbol, una de sus pasiones favoritas, memorias que ahora lo perturban todavía más con las imágenes de la tragedia.

La noche del 6 de febrero pasado, cerca de las 10:32 de la noche, dos agentes del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) a quienes se identifica como Josué Mérida y Jeremy Wagner, asignados en la división Hollenbeck, seguían al muchacho en Boyle Heights.

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En el video, proporcionado por el abogado Arnoldo Casillas, se observa cuando el joven se desplazaba en la calle Lorena y gira hacia la calle 6. Después de ponerle las luces, los policías se bajan apuntando con sus pistolas y al menos tres segundos después abren fuego en varias ocasiones.

“Me da terror tanta brutalidad”, dijo Méndez con la voz entrecortada y sin poder evitar que las lágrimas rueden. “Despedazaron el cuerpo”, agregó el inmigrante, padre de 8 hijos que le sobreviven. “No es justo que me hayan quitado a mi hijo así”, apuntó con dolor.

A once meses del crimen, Jhony Méndez extraña que no puede ir al parque y jugar futbol con ‘Peruzzi’, como llamaban a su hermano menor. En sus palabras, el jovencito era delantero y era efectivo para meter goles, pero fuera del campo deportivo era divertido.

“Nos mantenía contentos, hacía bromas, era ocurrente”, destacó sobre su difunto compañero de juego. “No era un criminal, tal vez fue un error traer ese carro que no era de él”, aseveró.

Los antecedentes de dolor

En el Condado de Los Ángeles, entre enero de 2015 y julio de 2016, de las 56 muertes a manos de la policía, 35 fueron latinos, tres veces más que las 11 víctimas que las comunidades negra y blanca (combinadas) registradas en ese lapso, según una investigación de HOY Los Ángeles.

En ese período, se reportaron cuatro asesinatos en Boyle Heights, entre ellos se encuentra el caso de José Méndez.

“Lo que vemos es que no hubo una orden de salir o decirle que levante las manos”, dijo Carlos Montes, organizador del grupo Comunidad, Servicio y Organización (CSO), luego de observar el video presentado a los medios de comunicación.

A juicio del activista, el patrón de brutalidad ha sido reiterativo en este vecindario. Hasta la fecha, considera que no se ha sentado un precedente para revertir esos abusos, pero espera que el proceso judicial que se ha abierto tenga un impacto dentro de la corporación policial.

“Serviría para desenmascarar la historia de asesinato y abuso contra la gente latina”, subrayó Montes.

Al momento del crimen, el joven conducía un vehículo reportado robado. Según las autoridades existía un arma que al parecer mostró a los policías.

Según el abogado Casillas, con la demanda por violación a los derechos civiles presentada se busca esclarecer la investigación, obtener fotos, videos y entrevistar a los oficiales. En este momento, independendientemente de los señalamientos contra la víctima, la policía falló en los protocolos.

“El tiroteo no se justifica”, aseguró el jurista, detallando que el cuerpo del joven tenía 19 lesiones de una ráfaga de balas. “Seis de ellas fueron fatales en el hígado y pulmones”, manifestó detallando que también se ha detectado que la escena del crimen fue alterada.

Este proceso judicial no busca una remuneración económica, pero se espera dar luz a los hechos. Méndez, entretanto, indica que nada va a devolverle a su hijo, porque el asesinato de José le devastó en lo más hondo de su corazón y sostiene que con él “se murió toda mi familia, todas las ilusiones”.

“Tendrían que ir a la cárcel, eso que hicieron es un asesinato”, añadió el progenitor, en referencia a los agentes que abrieron fuego contra su retoño. “Si ellos son culpables, como cuando uno hace algo malo, ellos tienen que ir a la cárcel”, concluyó.

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