Anuncio

Niño que pidió asilo después de cruzar la frontera solo, pide compasión al presidente

Share

En fotografías, Adan se muestra como cualquier niño juguetón y curioso. Sin embargo, en persona el menor es tímido y nervioso.

Adan, de 11 años de edad, tiene varias excusas para su comportamiento; él vivió la pesadilla de miles de niños detenidos en la frontera, que son regresados a sus países o puestos en centros de detención, mientras se reúnen con familiares.

Al mismo tiempo, espera que una corte de inmigración le brinde un alivio de asilo que pidió a finales del año pasado, teniendo el conocimiento a su corta edad, que puede ser deportado a El Salvador.

Anuncio

Mientras tanto, Adan le pide al presidente de Estados Unidos, y a aquellos que están de acuerdo a sus políticas anti-inmigrantes, que tengan compasión de las familias indocumentadas trabajadoras y, sobre todo, de sus hijos.

“Es tan fea la separación entre familias, que te dejan marcado para siempre”, dijo Adan. “Yo espero que Trump se toque el corazón y nos vea como humanos, que solo buscan una mejor vida y que solo quieren unirse con los que aman”.

El menor intentó cruzar la frontera México/ Estados Unidos tres veces.

La primera ocasión fue en el 2014, cuando fue detenido por primera vez por agentes de inmigración de México y devuelto a su país natal.

En su segundo intento en 2015, iba con su madre, quien fue estafada por un coyote en Guatemala y devuelta a El Salvador por las mismas autoridades de ese país.

En el tercer intento, Adan viajó solo en el 2016. Su meta era llegar a Estados Unidos, para ver a su madre que solo había visto una vez en su vida, desde que ella lo dejó de un año de edad, y visitar Disneyland.

“Ahí me agarraron en Texas y estuve varios días en unos centros de detención. Ahí no había colchones y me sentía desorientado, porque no había ventanas y no sabía si era de día o noche”, dijo Adan.

“La comida era solo sándwiches y jugos. No había cobijas y había gente de todas edades detenidas, hasta niños menores que yo”, agregó.

A pesar de que el menor pudo reunirse con su padre ese mismo año, la experiencia marcó su vida.

“A parte del miedo, no sabía que iba a ser de mi futuro, ni sabía si iba volver a ver a mi familia”, dice Adan.

Cuando se le pregunta que siente ahora estar reunido con su familia, el menor hace una pausa, y en voz quebrantada dice: “Soy muy feliz”.

“Hace unos días oraba para que Dios bendiga a todos los niños, y para que también les de esperanza y fuerza a sus padres para luchar por ellos. La angustia de estar lejos de tus padres es horrible”, dice el menor.

Adan formará parte de la Misa para Inmigrantes, a realizarse este domingo 24 de junio, que se celebra anualmente en la Arquidiócesis de Los Ángeles.

En ese servicio religioso, el arzobispo José H. Gómez instará una vez más a los legisladores, a aprobar una legislación de compromiso para proteger a los “soñadores”, así como la protección para las familias con hijos en la frontera.

“Lo que estamos haciendo ahora está mal, en las fronteras, en el partidismo cruel y en los cálculos políticos egoistas de nuestros debates sobre inmigración”, dijo el arzobispo Gómez.

“Como cristianos, estamos llamados a ayudar a nuestros vecinos y líderes a redescubrir la capacidad de empatía una vez más, ser capaces de sentir compasión por la humanidad y bien común”, agregó.

Miles de fieles, incluidos los de la Arquidiócesis de L.A. y las Diócesis de San Bernardino y Orange, se preparan para unirse en oración para celebrar el espíritu inmigrante en la misa del domingo a las 3:30 pm, en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles, en el centro de Los Ángeles.

Durante los nueve días previos a la misa, las parroquias de la Arquidiócesis de tres condados (Ventura, Santa Bárbara y Los Ángeles) participarán en una novena de oración y reflexión, centrada en los inmigrantes, refugiados y víctimas de la trata de personas.

Anuncio