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Niñas de las minorías violadas, indigentes, desprotegidas y sin poder avanzar en la educación

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Casi una de cada cuatro jóvenes latinas ha sido agredida sexualmente. Casi una de cada cinco afroamericanas ha experimentado la falta de vivienda. Más de dos de cada cinco menores isleñas del Pacífico han sido insultadas por su raza.

Las estadísticas del Centro Nacional del Derecho de la Mujer (NWLC) revelan que estos son algunos de los obstáculos que las mujeres de 14 a 18 años de edad de las minorías enfrentan en la sociedad: barreras que afectan su habilidad para avanzar en su educación escolar.

Entre las menores se encuentran también las asiáticas, las nativas americanas y hawaianas, sostienen los estudios titulados “Déjala aprender; deteniendo a las escuelas de sacarlas de sus planteles”.

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En el tema de la inmigración, por ejemplo, muchos creen que solo las menores latinas se preocupan por las deportaciones. Sin embargo, los reportes sostienen que 55 por ciento de latinas, 38 por ciento de asiáticas e isleñas, así como el 30 por ciento de afroamericanas se preocupan de algún familiar o amigo en riesgo de la deportación.

En la problemática de abuso sexual y violencia, el panorama continúa oscuro para las minorías con casi una de cada cuatro latinas atacadas de alguna forma sexual mientras una de cada cuatro nativas americanas ha reportado faltar a la escuela por sentirse desprotegida. Asimismo, una de cada cinco afroamericanas reportan haber sido lastimadas a propósito por un familiar.

“Es inaceptable que las niñas de color enfrenten tantos obstáculos para obtener una educación de calidad”, sostiene Anna Chu, vicepresidente de Income Security and Educacion.

“Y es una desgracia nacional que tantas chicas sean expulsadas de la escuela de manera abierta o porque no logran el apoyo que necesitan”, asevera Chu con el hallazgo que también revela estos números.

Y es que en la disciplina escolar, las menores de las minorías están en desventaja. Por ejemplo, las afroamericanas son hasta seis veces más propensas que las anglosajonas de ser expulsadas de la escuela y 2.5 veces más de probabilidades de ser expulsadas sin servicios educativos durante el resto del año. De igual forma, las nativas americanas tienen hasta cuatro veces más de probabilidades que las anglosajonas de ingresar a un centro de justicia juvenil. Otro dato que sorprende a los investigadores es que casi la mitad de las escuelas preparatorias con un 90 por ciento o más de estudiantes de color, cuentan por lo menos con un agente de la ley para ser disciplinadas.

“Las niñas que no se gradúan de la escuela secundaria tienen más probabilidades que los niños en situaciones similares de estar desempleadas, ganar salarios bajos y depender de programas de apoyo público para cuidarse a sí mismos y a sus familias”, dice Chu.

En el tema de la indigencia, las cifras no son alentadoras porque una de cada cuatro nativas americanas ha vivido sin hogar y casi una de cada cinco afroamericanas han sufrido la misma condición. Sin embargo, las latinas tampoco se salvan con una de cada ocho en la calle.

“Estos informes y datos deben sonar como una alarma urgente para los formuladores de políticas, educadores y comunidades”, apunta Neena Chaudhry, Directora de Educación de NWLC.

“El trauma que tantas niñas de color experimentan afecta no sólo su salud mental y física, sino también su capacidad para concentrarse, sentirse segura, permanecer y sobresalir en la escuela. Y sin embargo, nuestra encuesta también demuestra que, a pesar de las barreras que enfrentan, las chicas de color resisten y quieren tener éxito e ir a la universidad”, agrega Chaudhry.

El reporte nacional de 1,003 jovencitas indica que se necesitan políticas específicas para ayudar a estas niñas a quedarse y prosperar en la escuela. Entre las recomendaciones, se le aconseja a las escuelas informar públicamente los datos académicos de los estudiantes, además se pide que los padres/tutores y defensores deben mirar las políticas de disciplina de sus escuelas, además de pedirles que revisen cualquier regla o política que parezca dirigirse injustamente a las chicas de color.

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