Anuncio

Mientras avanza en su doctorado, ‘dreamer’ prepara plan ante una posible deportación

Share

La rutina profesional y académica de Iliana Guadalupe Pérez no ha cambiado; lo que sí ha hecho esta joven es prepararse, porque sabe que su estatus migratorio depende del programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (Daca), al igual que 750 mil ‘dreamers’ más.

Pérez, de 29 años de edad, es analista de investigaciones en la Universidad Pitzer. En el 2009 obtuvo su licenciatura en Matemáticas. Mientras cursa su doctorado en Educación, del que le falta solo un año, recién acaba de graduarse de su maestría en Economía.

Si bien ella tiene Daca, la preocupación más grande es por sus padres. “Están completamente desprotegidos”, comentó la oriunda del estado de Hidalgo, México, señalando que el ambiente anti-inmigrante la obligó a hablar con su familia sobre las deportaciones y definir un plan.

Anuncio

“La conversación fue difícil, porque ellos han hecho su vida aquí. Podemos poner un negocio en México, yo puedo dar clases, pero tendríamos que empezar de nuevo”, comentó con cierta tristeza, al pensar en lo que pueda pasar con la política que impulsa la Casa Blanca.

La primera pregunta fue: ¿qué vamos a hacer con las cuentas de banco? Así fue como “surgió la idea que vamos a tener derecho entre nosotros de manejar las cuentas”, aseveró. Lo mismo pasará con los carros, es decir que cualquiera de ellos podrá venderlo o enviarlo fuera del país.

Pérez indicó, además, que han compartido cheques en caso de emergencia; ella también le ha entregado copia de la llave de su apartamento a una persona de suma confianza, a quien le ha dado instrucciones específicas de dónde encontrar sus documentos personales.

“Tengo un folder con mis identificaciones y certificado de nacimiento”, añadió. Asimismo, la familia cuenta con un abogado al que podrán contactar en caso de necesitarse.

Iliana tenía 8 años de edad cuando llegó a California, en 1995. Se crió en la ciudad de Turlock, ubicada a 300 millas al norte de Los Ángeles. Sus padres todavía radican en el Valle Central, una zona agrícola donde “la migra llega mucho” a los cultivos y compañías.

“Siempre hemos sido muy positivos, pero hemos sabido la realidad de las cosas; desde que llegamos sabemos que somos personas indocumentadas”, agregó.

“Este es un plan con cosas materiales, es mucho más fácil escribir en un papel qué se va a hacer, las instrucciones; pero a nivel emocional ni siquiera me puedo imaginar”, dice con la voz entrecortada, respirando hondo, por lo que representaría una separación.

Esta profesional ingresó al programa de doctorado, en la Claremont Graduate University, sin tener el apoyo que brinda Daca, tampoco contó con la ayuda del programa estatal AB540.

Sin embargo, a partir de su propia experiencia y luego de entrevistar a otros 13 estudiantes, en el 2012 escribió la guía “Vida después de la universidad: Una guía para estudiantes indocumentados”, publicada por Educators For Fair Consideration (E4FC).

La guía es de 73 páginas y contiene información, consejos y recursos para ayudar a los estudiantes indocumentados después de la licenciatura, en el que estimula a otros a seguir estudios de postgrado.

“Mi enfoque siempre ha sido que las personas que vienen atrás de mi, tengan las oportunidades que yo he tenido”, explicó; por esa razón, con mucha frecuencia participa en conferencias, invitada como panelista, en diferentes universidades y organizaciones.

La clave, agrega la también activista, es tomar acción incluso para un escenario sin el programa Daca. “Hay que estar preparados y no tener miedo”, dijo la joven, porque a su juicio el temor paraliza, al contrario invita a su generación “a seguir con la educación en cualquier carrera”.

“Yo perdí el miedo de ser deportada desde hace muchos años, por eso he tomado muchos riesgos; de viajar, hacer preguntas, hablar de mi historia y decir que soy indocumentada, todo fue basado en que tuve que perder ese miedo”, concluyó Pérez.

Anuncio